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sábado, 7 de julio de 2012

Naturaleza viva en Koh Kong

Emprendimos camino hacia el norte por la costa, con idea de cruzar a Tailandia a través de la frontera terrestre de Hat Lek. Según nos habían comentado, desde Sihanoukville hasta Bangkok, el bus podía tardar entre 20 y 30h, así que decidimos ir haciendo el camino poquito a poco y en varias etapas.

Koh Kong fue nuestro primer destino. Pensábamos pernoctar únicamente y continuar camino al día siguiente, pero una vez allí, nuestros planes cambiaron. Conocimos en la guest house a un chico de Letonia que llevaba varios meses trabajando en la zona como guarda forestal. Se ve que el área es enormemente rica en especies naturales y hay mucho contrabando de animales exóticos, así como de plantas y madera. Nos recomendó encarecidamente que visitásemos los alrededores y nos recomendó una agencia que organizaba muy buenos tours, incluyendo trekkings de varios días durmiendo en la jungla.


Alrededores de Koh Kong
Fuimos a la agencia, pero habían suspendido los trekkings debido a las lluvias. Preguntamos en alguna más, pero todas nos digeron lo mismo. Qué pena! Ya se nos habían puesto los diente largos con tanta historieta de lo que se podía ver por allí!

Nos fuimos a comer, y como el pueblo es minúsculo, nos volvimos a encontrar al chico letón. Le explicamos lo que nos habían dicho y nos volvió a sacar el mapa para que al menos pudiésemos explorar lo más relevante por nuestra cuenta.

Con toda la información en un papelillo cutre, alquilamos una moto al día siguiente y empleamos toda la mañana y gran parte de la tarde en recorrer los lugares que nos había recomendado.


Primero fuimos a ver el manglar. Es impresionante ver las enormes raíces de todos esos árboles y arbustos adentrarse en el río creando una gran maraña y proporcionando cobijo a gran cantidad de ave y animales acuáticos.

Raíces de un manglar
Después visitamos la cascada de Ta Tai, que nos pareció mucho más bonita que cualquiera de las que vimos en Vietnam. Entre medias, cruzamos por varios pueblos, incluyendo un pueblecito musulmán con su colegio lleno de niños saludándonos alegremente con la mano.

Cascada de Ta Tai
Por la tarde cruzamos el gran puente que separa Koh Kong de la zona fronteriza y que construyeron hace tan sólo 10 años. Antes de llegar a la frontera, se puede desviar uno hacia la playa. El color marrón oscuro del agua no invita en absoluto a bañarse, pero en su lugar, es interesante sentarse junto a la arena a disfrutar del espectáculo que brindan los miles de cangrejos que allí habitan. Los ves de todos los tamaños, enterrándose en la arena o simplemente haciendo montones de bolitas de arena a la que ya le han extraído el posible alimento. También hay chiringuitos donde sirven snacks de cangrejo, cómo no!

Vamos, que tuvimos un día de lo más completito para finalizar nuestro viaje por Camboya. Y ahora... Tailandia nos espera! XD

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