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domingo, 2 de diciembre de 2012

Vipassana: diez días de meditación en Malasia

Nota: para una mejor comprensión de la siguiente lectura, se recomienda encarecidamente adoptar la postura de meditación (sentado en el suelo con las piernas cruzadas y la espalda recta) durante el tiempo en que ésta tenga lugar. Excepcionalmente se permitirá abrir los ojos para poder leer, ¡¡pero nada de mover las manos para rascarse!!


Llegando al centro de meditación Dhamma Malaya
Antes de entrar a contaros cómo se vive desde dentro el día a día del curso de meditación Vipassana, os copio aquí literal, la explicación que se ofrece en su página web oficial:

Vipassana, que significa ver las cosas tal como realmente son, es una de las técnicas más antiguas de meditación de la India. Fue redescubierta por Gotama el Buda hace mas de 2.500 años y fue enseñada por él como un remedio universal para males universales, es decir, como un arte: El arte de vivir.
 
Esta  técnica no sectaria tiene por objetivos la total erradicación de las impurezas mentales, y la resultante felicidad suprema de la completa liberación. La curación, no meramente la curación de las enfermedades, sino la curación esencial del sufrimiento humano, es su propósito.

Vipassana es un sendero de auto-transformación mediante la auto-observación. Se concentra en la profunda interconexión entre mente y cuerpo, la cual puede ser experimentada de manera directa, por medio de la atención disciplinada dirigida a las sensaciones físicas que forman la vida del cuerpo, y que continuamente se interconectan con la vida de la mente y la condicionan. Es este viaje de autoexploración a las raíces comunes de cuerpo y mente, basado en la observación, lo que disuelve la impureza mental, produciendo una mente equilibrada, llena de amor y compasión.
 
Las leyes científicas que operan en nuestras  sensaciones, sentimientos, pensamientos y  juicios llegan a hacerse evidentes. Mediante la experiencia directa, se comprende la naturaleza de como uno crece o decrece, de como uno produce sufrimiento o se libera de él. La vida se va caracterizando por una intensificación de la conciencia, por la ausencia de engaño, por el auto-control y la paz.
 
Interesante, ¿no?. Pues sin más dilación, paso a contaros cómo ésto se traduce en la práctica del primer día del curso:

4:00 Suena la campana. Abres los ojos y no sabes donde estás. Tardas unos segundos en acostumbrar los ojos a la oscuridad y con dificultad adivinas la hora en el reloj de Ikea que te dejaron durante el registro. Te pegas una ducha rápida y te plantas puntual a las 4:30 en el Hall de meditación para comenzar el día con armonía. Te sientas en tu lugar asignado, con las piernas cruzadas y los ojos cerrados. Estoy lista, piensas. Y comienzas a "observar la respiración"

El hall de meditación
4:32 Empiezas a recordar aquella isla paradisiaca de arenas blancas... un momento, un momento, se supone que tengo que concentrarme en observar mi respiración. ¡¡Lara, vuelve a la sala!! Respiras hondo un par de veces y retomas el ejercicio.
 
4:35 Cuando salgamos, que no se me olvide buscar en Internet cuál es la mejor isla de Filipinas para hacer un curso de buceo... cachis! otra vez me he vuelto a distraer!! ¡Esta vez, sí que sí, me concentro seguro!

5:15 Un cabeceo más fuerte de lo habitual te indica que te estás quedando sopa. Jueeeer, ¡esto va a ser más difícil de lo que esperaba!

6:05 Te despiertas sobresaltada al escuchar como la lluvia se acerca golpeando con furia el suelo por el oeste. En medio minuto ya se siente sobre el tejado. El sonido es ensordecedor. Has dejado de oir tus tripas, aunque la sensación de hambre permanece. Los relámpagos se notan centellear a través de los párpados cerrados. El olor a hierba mojada comienza a inundar la sala. Te despejas un poco. ¡Gracias!

6:30 Al fin suena la campana! Te diriges como alma en pena al comedor, arrastrando los pies, caminando al ritmo lento que marcan las meditadoras que tienes por delante. ¡Por fin el desayuno!

Edificio del comedor.
7:00 Tras el peaso desayuno percibes que ya ha comenzado a amanecer. Te tiras en la cama a relajar un poco el cuerpo. Te das cuenta de que te duele el cuello, y la espalda, y las piernas... ah si, ¡y también el culo!

8:00 Vuelve a sonar la campana y descubres que te has quedado dormida. Corres al Hall de meditación y te preparas en posición para la primera "meditación en grupo" del día. Éstas que a partir del cuarto día comenzarás a denominar "las torturas obligatorias", pues no te permitirán moverte ni cambiar de postura en toda la hora. Parece fácil, ¿verdad? Tampoco se puede abrir los ojos...

9:00 Acaba la meditación en grupo y comienzan dos horas de meditación "en la sala o en tu habitación, según instrucciones del profesor". Tienes suerte. Al ser el primer día, te mandan para la habitación. Te duele todo el cuerpo. Decides echarte "solo dos minutillos" a estirar los músculos y a ver qué tal se medita tumbada... ¡gran error! ¡Te vuelves a quedar dormida! :-s

Pabellones de habitaciones.
11:00 La campana vuelve a sonar indicando que es la hora de comer. Vas al comedor y te pones como el Kiko. Todo está delicioso. Repites. Hay que llenar bien el estómago, que esta será la última comida del día (¡¡horror!!).

El comedor de la zona de mujeres.
12:00 Tiempo para preguntas al profesor. De una en una y siempre que te hayas apuntado en la lista. Allí estoy, como un clavo. ¿Y por qué esto? ¿y por qué lo otro? ¿y cómo esto? ¿y cómo lo otro? Les ha salido preguntona la ¡españolita! Es lo que tiene pedirle meditar a una mente de ciencias...

12:30 Estás de vuelta en la habitación y aún te queda media hora de descanso. Si me echo, me voy a quedar dormida, así que veamos que puedo hacer... no, no puedo leer (entregas toda tu lectura durante el resgitro)... no, tampoco puedo escribir (también entregas tus bolis y libretas)... tampoco me permiten hablar con nadie (¡ni siquiera permiten gestos! - pincha aquí para ver el Código de Disciplina - ),... pues voy a pasear un poco a ver si consigo "desacartonarme"

Camino de acceso al hall de meditacion con su cartel recordatorio de que se debe de guardar Noble Silencio durante los días que dura el curso.
12:35 Sales a la zona de paseo (donde tampoco se permite correr) y en 5 minutos te la has recorrido entera, dos veces. ¡Pues vaya!  Comienzas a buscar entretenimiento mientras caminas... te empiezas a fijar en las otras meditadoras y ya de paso, las empiezas a poner motes. En tres días ya tienes cómo llamar a la mitad de ellas: la ciega, la "lazarilla", la que parece un dibujo manga, la de una chancla de cada color, la de la tos perruna (a la que por cierto, siempre le entran ataques de tos cuando están dando nuevas instrucciones de meditación en inglés, pero que desaparecen repentinamente cuando las dan en chino), la de las pegatinas en la ropa, la abuelita del pijama, Yoda (sí, sí, os lo juro, ¡había una igualita a Yoda!), la otra occidental (una inglesa que debía de sacarme mínimo 20 años), etc.


Zona de paseo para mujeres
13:00 Al fin suena de nuevo la campana. Vuelves al hall y cabeceas luchando contra el sueño durante hora y media. No ves al cabrito de tu hermano en el lado del hall donde se sientan los hombres. ¡El muy mamón se ha quedado echando la siesta seguro! Con el paso de los días descubres que lo toma por costumbre y que se salta sistemáticamente las meditaciones de las 4:30 y las 13:00 para quedarse durmiendo.

14:30 Tras un descanso para ir al baño y beber agua, comienza la segunda hora de "meditación en grupo". Esta vez te trasladas a Jiuzhaigou, visitas a tu familia en Burgos y piensas en las tropecientas notificaciones que tendrás en facebook por las cinco o seis entradas del blog que dejaste en borradores para que fueran publicando tu guapo hermano y tu preciosa amiga durante el tiempo en que tu meditabas.

Baños de mujeres.
15:30 Se acaba la meditación grupal y comienza otra hora y media de meditación "en la sala o en tu habitación, según instrucciones del profesor". Que me obliguen a quedarme, que me obliguen a quedarme, piensas. Como no lo hagan, ¡sé que acabaré soñando con los angelitos en mi cuarto! Pero en el fondo estás deseando que te manden pa'casa.

17:00 Llega el descanso del té. Por suerte a los "new students" (eso quiere decir que también hay masocas que repiten, es decir, los "old students") nos permiten comer algo de fruta. ¡Aaaaaleluya! Ésto será lo último que ingerirás hasta mañana a las 6:30 de la mañana. Prefieres no pensarlo.

17:30 Llueve, así que la media hora que te queda de descanso no la puedes usar para pasear. Para matar el aburrimiento, rebuscas en la mochila a ver qué puedes hacer, y tras lavar la escasa ropa que tenías sucia, acabas metiéndote a lavar las zapatillas (lo que hace la desesperación!). Hay que aprovechar esta parada de varios días, que dará tiempo a que se sequen ;-). ¡Y no me pongo a coser porque la aguja e hilo se quedaron en la mochila de Paco!

Dispensador de agua caliente (en las habitaciones sólo hay agua fría)
18:00 Dong, dong! Sí, lo habéis adivinado; la campana vuelve a sonar! ;-). Tercera "meditación en grupo". Más distracciones, más cabeceos, más dolores,... igual esto de la meditación no ha sido tan buena idea...

19:00 Llega el mejor momento del día: el discurso. Es una grabación, así que la tienen disponible en un montón de idiomas. El 80-85% de los meditadores lo escucha en el hall de meditación, donde lo ponen en chino. El 13-18% de los meditadores, lo escucha en el "mini-hall", donde lo ponen en inglés. Y Paco y yo, que somos más chulos que nadie, lo escuchamos en español, encerrados en una sala acristalada e insonorozada, que queda al fondo del hall de meditación. ¡Primer momento del día en que consigo centrar mi atención por más de una hora seguida sin distraerme! ¡Yeaaaah!

El mini-hall donde se reproducían los discursos en inglés
20:15 Última meditación del día. Los 45 minutos que dura no eres capaz de mantener la postura ni cinco minutos seguidos. ¡Que se acabe yaaaaaa!

20:55 Suenan los cantos que preceden a la campana. Rezas todo lo que sabes para que acaben pronto y te dejen ir a dormir. A las 21:00 se escucha el repicar más celestial del universo. ¡¡Jupiiiii!! ¡¡Me voy a la cama!!! Vuelve a haber opción de preguntas al profesor, pero ya lo dejaré para mañana, que tampoco es cuestión de acaparar ;-)

21:10 Estás tumbada en la cama, con el ventilador encendido y haces balance del día:
- horas de meditación: casi once.
- horas "realmente" meditadas: con suerte cuatro o cinco.
- nivel de hambre: ¿de verdad no escuchabais mis tripas desde España?
- nivel de dolor en el cuerpo: que me corten en juliana y me rehoguen a fuego lento para después darme de comer a un enjambre enfurecido de hormigas rojas africanas; ¡¡seguro que eso duele menos!!
- días que me faltan: nueve ¿he dicho nueve? Oh, dios mío!! ¡¡esto va a ser más largo que un día sin pan!!!  Mmmmm, ¡paaaaan! ¡Lo que daría yo por una barra de pan! Y si está rellena de jamón serrano, ¡¡ya ni te cuento!!... te vuelves a quedar dormida.

A pesar de lo que cuento, los días fueron pasando y en seguida estábamos fuera dando guerra otra vez. No ha sido tan horrible, en serio. Pero tampoco quiero que penséis que la meditación es un camino de rosas. Es duro, sí, aunque también tiene sus momentos buenos. No fue difícil notar los progresos. El primer día apenas era capaz de concentrarte, y el sexto día descubría con asombro que el dolor que sufría, no era sino un producto de la mente. Y que con solo "analizarlo" era capaz de hacerlo desaparecer. Al octavo día, el cuerpo ya estaba tan acostumbrado a la postura, que ya ni me provoca dolor. ¿¿Y qué decir del hambre?? Bueno... eso sí que no cambia, jeje.

Durante los diez días que dura el curso, es inevitable sentir altibajos. Un día estás hipermotivada y al siguiente lo quieres enviar todo al carajo. Solo ahora, pasados varios días desde que acabamos, puedo mirar las cosas con perspectiva: No me habré "iluminado", ni me sentiré "menos reactiva" (como rezan en los discursos). Pero sí puedo decir orgullosa que he aprendido un montón, he mejorado mi capacidad de concentración, he reforzado mi determinación y hasta ¡¡he conseguido controlar mi mente para hacer desaparecer el dolor!!

El "nuevo" Paco abandonando el centro de meditación Dhamma Malaya
Ha sido toda una experiencia. Estoy contenta de haberlo hecho. Aunque no sé si tanto como para repetir, jeje. Sólo el tiempo lo dirá. Mientras tanto, me consuelo con pensar que, como bien diría Kelly Clarkson, what doesn't kill you, makes you stronger ;-)

Nota 2: si has llegado hasta aquí sin descruzar las piernas, distraerte, ni quedarte dormido, definitivamente estás preparado para la meditación vipassana. ¡Que la suerte te acompañe! 

2 comentarios:

  1. jejejejeje excelente tu relato, creo que todos nos pasa casi lo mismo en el curso.... saludos, espero que te este yendo excelente con la tecnica

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    1. Gracias Leonarks! Me alegro de que te haya gustado ;-). Consuela saber que no soy la única que lo ha vivido de esta manera, jeje. La técnica la verdad es que la tengo un poco abandonada...

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