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miércoles, 9 de enero de 2013

Atrapados en Siquijor

Cuando llegamos a la isla de Siquijor, el plan era estar cuatro o cinco días vagueando antes de  tirar para la isla de Bohol. Pero el caso fue que entre pitos y flautas, al final nos acabamos quedando ¡ocho!

Lo más sorprendente del asunto es que la islita no llega a 80 km de perímetro, y apenas tiene playas habilitadas para el baño. La ciudad más grande tendrá unos 20.000 habitantes y es que realmente hay poco que hacer por allí.

Por recomendaciones varias, nada más llegar, nos fuimos al pueblo de San Juan. Poco más de un centenar de personas vivirán allí, y aún así, por primera vez después de casi tres semanas de viaje por el país, comenzamos a cruzarnos con otros mochileros occidentales. De hecho, nos cruzamos con los primeros (y hasta el momento, únicos) españoles que hemos visto en Filipinas. Coincidimos en la guest house, donde nos adueñamos de la cocina-comedor y compartimos una cenita casera de lo más agradable.

puesta de sol desde nuestra guest house en San Juan, isla de Siquijor.
Sin embargo, no es esto lo que os quería contar hoy, sino las tres "historias" que en Siquijor nos sucedieron y que ya han pasado a alimentar nuestros recuerdos anecdóticos del viaje. Vamos allá, os las cuento una por una...

1) Saca la barrera, que viene... ¡el ratón!
Eso es exactamente lo que tuvimos que hacer nuestra segunda noche en San Juan.
Ya había pasado la medianoche. Paco jugaba a un videojuego en su cama. Yo leía en la mía. La puerta del baño (enfrente de la cama de Paco) se encontraba abierta. El silencio, dentro y fuera de la habitación, era la nota dominante en el ambiente. De repente se oyó un golpe seco de algo que había caído desde el techo del baño a su interior. Paco se levantó sobresaltado y me dijo: ¿has visto eso? ¡creo que acaba de saltar un ratón desde el techo al baño! Nos asomamos de inmediato y ¡efectivamente! Ahí estaba, un ratoncillo gris correteando nervioso hasta esconderse detrás de la papelera. Cerramos la puerta de golpe. ¿Y qué hacemos ahora? ¿cómo lo sacamos?.

Yo era más partidaria de dejarlo ahí encerrado y a la mañana siguiente hacer check out, jeje. Pero Paco, que es más valiente que yo, lo vio claro enseguida: sólo puede salir por la puerta, hay que dejarlo marchar. Así que abrimos la puerta de la habitación y después la del baño, movimos la papelera (bueno, Paco movió la papelera. Yo "observaba"  la escena subida sobre su cama. Eso sí, lo hizo con ayuda de una chancla, que es valiente, pero no tanto :-p) y esperamos a que el ratoncito saliera.

Pero parecía que al ratón le gustaba mucho nuestro cuarto, porque según salió del baño, en lugar de tirar para afuera, decidió que estaría mejor debajo de mi cama y para allá que fue... en cosa de medio segundo pasamos a ser dos los que estábamos sobre la cama de Paco ;-).

La siguiente media hora nos la pasamos tratando de "asustar" al ratón para que saliera de allí: moviendo la cama, tirándole las chanclas, saltando de silla en silla, descojonándonos de la risa, con algún que otro "gritito" nervioso cada vez que se decidía a salir para volver inmediatamente a esconderse. Os podéis imaginar el jaleo... lo que no sé es cómo no despertamos al vecindario entero. El caso es que al final conseguimos hacer entrar al ratón de nuevo en el baño y cerrar la puerta dejándolo dentro.

Cementerio de San Juan, "atravesado" por la carretera principal... al ratón casi lo mando aquí de un "chanclazo" o_0
¿Y ahora qué? Hemos vuelto al punto de partida. Insistí con mi plan inicial, pero Paco tenía sus propios planes. Echó un vistazo alrededor, y aprovechando que yo me encontraba fuera en el pasillo, echó mano de  mi colchón (sí sí, ¡el mio!, ¡aún me dura la indignación! :-p) y en menos que canta un gallo había montado una barrera desde el baño a la puerta de la habitación para "indicarle" el camino de salida a nuestro Micky Mouse particular. De nada sirvieron mis súplicas... ni mis amenazas (¡en ese colchón vas a dormir tú!)... Paco abrió la puerta del baño y el dócil ratón abandonó el redil, cual toro que entra en la plaza...
...Sobra decir, que a la mañana siguiente hicimos check out ;)

piscinas naturales de San Juan, en la isla de Siquijor. De camino a nuestro nuevo alojamiento sin "ratones saltarines"...

2) Una de polis y cacos
¿Qué ocurre cuando uno lleva más de siete meses de viaje y llega a un lugar donde lo más interesante que allí ocurre es la presencia de uno mismo? ¿a un lugar tan pequeño y familiar donde todo al que te cruzas te sonríe y te saluda con un "hi, Lara"? Pues que uno se relaja y baja la guardia... vamos, que nos tenían que robar para poder ser unos auténticos viajeros de pro. Y eso es lo que nos pasó en las cascadas de Cambughay, en las cercanías de Lazi.

un tercio de la población de San Juan son de estas ;-)

y otro tercio son gallos... el tercio restante son los que se sabían mi nombre, jeje
Dejamos la mochila en la orilla, y nos metimos a bañarnos, echándole una ojeada de vez en cuando a la mochila. Allí sólo había familias y chavalillos, pero nada que pareciese ser una amenaza potencial. Nos equivocamos, y en un momento de despiste, debieron de aprovechar para abrirnos la mochila, buscar la cartera, vaciarla de billetes, cerrarla, dejarla en su sitio y volver a cerrar la mochila.


cascadas de Cambughay, cerca de Lazi, en la isla de Siquijor
No nos dimos cuenta hasta que horas más tarde fuimos a pagar unos bollos en una panadería de Siquijor pueblo, y al abrir la cartera descubrimos sorprendidos que no había dinero. Por suerte no se llevaron las monedas, con las que nos llegó para pagar medio litrillo de gasolina y poder regresar a casa ;).

La verdad es que la suerte fue mucho más que eso. No llevábamos mucho metálico encima (el equivalente a unos 30€), pero sí un par de tarjetas de crédito, los pasaportes, las dos tabletas, la cámara de fotos y el móvil. ¡Menos mal que sólo decidieron llevarse el metálico!, porque por poder... ¡uff, no quiero ni pensarlo!
El caso es que el hurto nos dio la excusa perfecta para ir a visitar a la policía :-). Y aquello fue como entrar en un cómic de Mortadelo y Filemón. ¡Imaginaos la "profesionalidad" de aquel cuartelillo, que según salimos por la puerta lo primero que nos dijimos el uno al otro fue ¿habrán encestado en la papelera o se les habrá caído fuera?!

El resto del camino de vuelta a casa nos lo pasamos partiéndonos la caja con las absurdas teorías del que parecía ser el jefe: Tenemos dos opciones ma'am: 1) que os hayan robado o 2) que los billetes se hayan caído fuera de la cartera... Y yo creo que se contuvo de decir "y 3) que os lo hayáis gastado y no os hayáis dado cuenta" :-p

De nada sirvió explicarle (y enseñarle) que la cartera se abría primero con un velcro y después con una cremallera (donde se guardan los billetes). Y que ésta a su vez, se encontraba dentro de la mochila, que requería la apertura de otra cremallera más. El hombre erre que erre, que existía la posibilidad de que se nos hubieran "caído accidentalmente" los billetes y por tanto los hubiésemos perdido. Eeeehhh, yes, sir, yeeeeees, tuve que acabar contestándole mientras trataba de disimular la carcajada.

llegando a la playa de Kagusuan, no muy lejos de las cascadas donde nos robaron :'(
Antes de irnos, todavía le dio tiempo a añadir una última cosa. Estaba bien que hubiésemos ido a su comisaría (en Siquijor pueblo), donde se iban a hacer cargo del "registro del suceso" (¡ni siquiera me preguntaron la hora, y con suerte que les dije yo el lugar!) y posterior comunicación a la comisaría de Lazi (pues las cascadas son jurisdicción de la policía de aquel pueblo). También harían el seguimiento, peeeeeero, nos recomendaban encarecidamente que fuésemos a Lazi a poner la denuncia. ¿Cóoooomo? ¿qué diferencia puede haber entre que vayamos allí a ponerla o no? ¿de verdad es necesario que crucemos la isla entera hasta aquel pueblo cuando aquí ya se encargan del "registro, comunicación y seguimiento"? Si apenas nos queda gasolina para llegar a casa estando aquí al lado ¿cómo quieren que nos vayamos a la otra punta de la isla cuando está empezando a anochecer y sin dinero para llenar el depósito? ¡Una situación surrealista total! (Por si alguno se lo está preguntando: no fuimos)
 
3) No hay bien que por mal no venga
Lo sé, lo sé. El refrán es al revés. Pero a mí me gusta más está otra versión ;-)
¿Que cuál fue el "mal" en esta ocasión? Pues que el día que fuimos a abandonar la isla, nos encontramos con que el único ferry del día estaba completo y no habría otro hasta dos días más tarde. ¿Realmente nos importaba? Pues para ser sinceros, no mucho. Esta es la clase de imprevistos que te trastocan un poco los planes, pero que en el fondo te dan un poco igual (cuando vas con tiempo, claro. Porque hubo una pareja de franceses a los que no les hizo mucha gracia perder su vuelo de regreso a Europa del día siguiente por no poder viajar a Cebú esa noche :-s)

El ferry hoy está lleno... habrá que quedarse en tierra :-s
Nosotros en cambio, nos lo tomamos con calma y decidimos quedarnos en el pueblo de Larena (donde estaba el puerto) y explorar un poco más esa zona de la isla. Y fue aquí donde vino el bien ;-). En uno de nuestros "paseos exploratorios" por una zona por la que (luego supimos) habitualmente no pasa ni el tato. Y esto lo supimos porque nos lo contó Axel, el carpintero alemán al que conocimos por casualidad y con el que acabamos pasando el resto de la mañana y la mitad de la tarde.

Puerto de Larena, isla de Siquijor.

una de las playas que encontramos en nuestro "paseo exploratorio" poco antes de conocer a Axel.
Imaginaos la situación: nosotros dos paseando por un camino entre cocoteros, de repente una casita, y un occidental intentando arrancar una moto:

- Good morning!
- Hi! Where are you going?
- Nowhere, we are just walking
- Just walking? Do you want a beer?
- Yep, why not? Let's take a beer! =)

Y allí, en medio del bosque, a tan solo unos metros de su casa, Axel se había construido una barra de bar, con sus taburetes, su equipo de música, su nevera y sus jarras de cerveza que pronto tuvimos llenas y en la mano mientras brindábamos por las casualidades de la vida.

Paco en la barra del Check Point Charlie, el "bar" construído por Axel.
La verdad es que el tipo era todo un personaje. Nos contó su vida y nos siguió rellenando la jarra de cerveza fresquita cada vez que la veía vacía. Esa noche debió de dormir calentito porque entre lo que bebió con nosotros y lo que debía de llevar ya de antes, llegó un punto en que no veía ni su jarra! Nos lo pasamos muy bien aquel día, y nos invitó a ir al día siguiente a bañarnos a la piscina del resort que estaba construyendo con unos amigos suizos. La pena fue que al día siguiente se levantó lloviendo y ya no paró hasta que dejamos la isla, por lo que no fuimos al resort :'(

Lo que sí hicimos al día siguiente (por recomendación de un local), fue levantarnos a las seis de la mañana para ir a "pedir la vez" en la taquilla de venta de billetes para el ferry. Como no venden billetes por adelantado, la gente lo que hace es ir temprano, escribir en un papel su nombre, la clase en que quiere viajar y el número del orden en que ha llegado. El papelito, lo cuelan por debajo de la ventanilla de venta y se van a casa para volver a las 9:00 que es cuando abren la taquilla. Eso hicimos nosotros y así conseguimos nuestros billetes. Y colorín colorado, ¡se acabó el estar atrapados! ;-)

en las "claustrofóficas" cuevas de Cantabon (en el interior de la isla de Siquijor). Aquí sí que se siente uno "atrapado" ;-)
  
INFORMACIÓN PRÁCTICA PARA VIAJEROS

- Transporte: para llegar a la isla de Siquijor desde la isla de Negros, en la ciudad de Dumaguete hay varias compañías que operan esa ruta. La más económica es GL Shipping Lines, con seis barcos rápidos diarios por 120 PHP (5:45, 8:45, 10:00, 12:00, 16:00 y 16:30). El puerto de destino con esta compañía es Siquijor pueblo (otras compañías te dejan en el puerto de Larena, a unos 12 km de Siquijor pueblo).
Los triciclos en el puerto de Siquijor tratarán de vender sus servicios por 250 PHP, así que es mejor alejarse un poco y coger uno en la carretera. El trayecto Siquijor - San Juan, o Siquijor - Larena sale por 20 PHP.
De todos modos, la mejor manera para moverse por la isla, es alquilando una moto. Tanto en Siquijor como en San Juan se pueden alquilar motos por unos 300 PHP al día (precio oficial sin negociar; negociando se puede sacar por menos), o por 20-25 PHP la hora. En Larena salen un poco más caras.
Para ir a la isla de Bohol desde la isla de Siquijor, hay ferries desde Larena (Lite Shipping Corporation; Martes, Jueves y Domingos, de 19:00 a 22:00; 220 PHP sentados o 280 PHP en litera + 17 PHP de tasa de puerto; no venden por adelantado y se suele llenar, así que es recomendable ir temprano a sacar el billete - abren la taquilla a las 9:00-) y desde Siquijor pueblo (OceanJet; diario de 6:00 a 9:00 y de 14:30 a 17:30; por 600 PHP + la tasa del puerto).

- Alojamiento: nosotros nos alojamos en las cercanías de San Juan (zona este de la isla; con unas puestas de sol increíbles).
El Czar's Place (Maite, San Juan; czarsplace@yahoo.com; +63-920-236-7004; +63-917-323-0858; +63-916-310-4810) queda a unos 8-10 min andando desde San Juan en dirección a Lazi. La habitación doble (exterior y con mosquitera en las ventanas) con baño privado y ventilador la pagamos a 500 PHP la noche (de la tercera noche en adelante nos lo bajaban a 400 PHP, pero nos cambiamos al Casa Miranda). Habitación muy amplia y luminosa; no muy limpia. Tiene bar y restaurante, así como piscina. Los Viernes tocan música en vivo. Muy buen ambiente. Alquilan motos (300 PHP el día entero; no alquilan por horas). Sin WiFi.
El Casa Miranda (Lalao, San Juan; +63-905-943-0536) queda a unos 15 min andando desde San Juan en dirección a Siquijor pueblo. La habitación doble (exterior y sin mosquitera en las ventanas) con baño privado y ventilador la pagamos a 250 PHP por noche. Habitación pequeña pero más limpia que en el Czar's. Con cocina de uso comunitario. Junto al mar. Alquilan motos (día entero 250 PHP o 20 PHP la hora). Con WiFi.
En Larena, hicimos noche en el Luisa & Sons Foods & Lodge (justo en el puerto). La habitación doble (exterior y sin mosquitera en las ventanas), con baño compartido y ventilador la pagamos a 250 PHP por noche. Sin WiFi. Bastante cutrillo, pero la familia era encantadora. Muy ruidoso por la noche (se oyen todos los karaokes del puerto) y con visitantes nocturnos que te "mordisquean" el pan de molde...

- Comida: en San Juan no hay mucha variedad, aunque sí se pueden encontrar 4-5 eateries donde comer (normalmente con poca cosa y muchas veces con aspecto de llevar varios días cocinado). Están en el mercado (donde también hay un puestecillo de pollos asados) o en la carretera, pasada la curva de las piscinas naturales. Nosotros fuimos varias veces a uno muy cercano al Casa Miranda, dirección a Siquijor pueblo, en el mismo lado izquierdo de la carretera. Las cenas las hicimos la mayoría en casa, pues teníamos cocina. En San Juan hay varias tiendecitas y el mercado donde se puede encontrar pasta/arroz y alimentos frescos (a veces no demasiado) para cocinar uno mismo. También hay un par de bakeries.
En Larena, Siquijor pueblo o Lazi, hay mucha más oferta y variedad.

puesto callejero de venta de pescado fresco en San Juan, isla de Siquijor.
- Otros: como a 1,5-2 km al norte de Larena, saliéndose de la carretera principal por el lado de la izquierda, se llega al Check Point Charlie, el "bar" que se ha construido Axel junto a su casa. Si pasáis por allí, id a verle (preguntad a los locales, ellos os guiarán si no lo encontráis). Le encantará vuestra visita y seguro que pasaréis un buen rato. Decidle que vais de parte de los hermanos españoles que se encontró en Enero y que iban "just walking" ;-)

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