sábado, 29 de septiembre de 2012

Los templos de Bagan

Para todos a los que os guste visitar templos, en cada país del Sudeste Asiático, tenéis algún lugar donde poder satisfacer vuestras inquietudes. En Camboya, tenemos los archiconocidos templos de Angkor. En Vietnam, su versión enana y bastante mal conservada de My Son. En Tailandia, se puede visitar Ayuthaya y/o Sukhothai. En Indonesia, tenemos los grandiosos Borobudur y Prambanan. Y en Myanmar, como no podía ser menos, también se pueden visitar una infinidad de templos, concentrados en unos pocos km cuadrados en los alrededores de Bagan.

Se trata de unos 4400 templos que se pueden visitar por dentro y en algunos incluso te permiten subir arriba para observar la panorámica del lugar, los amaneceres y las puestas de sol. Es ésto lo que realmente merece la pena en Bagan, puesto que después de tanto templo, por dentro todos te acaban pareciendo iguales.


También está interesante pedalear por los caminos que comunican a las tres "ciudades" de la zona (Old Bagan, New Bagan y Nyaung Oo), así como entre los pequeños pueblos que se asientan en las proximidades del río Ayeyarwaddy.

Campesino arando sus tierra
Entre templo y templo es frecuente cruzarse con rebaños de cabras en medo del camino

 
también hay vacas!


En uno de ellos conocimos a Nyo Nyo, una joven birmana que nos estuvo enseñando el pueblo y nos explicó infinidad de cosas superinteresantes acerca de sus costumbres y modo de vida.

Nyo Nyo cortando hierba que luego utilizan para alimentar a las vacas
La abuela Nyo Nyo fumándose un puro
También fue divertido interactuar con turistas locales cuando, estando a punto de bajar de lo alto de uno de los templos, un autobús entero de birmanos comenzaron a gritarnos para que esperásemos arriba a que ellos subieran, pues querían una "picture together". Nosotros creímos que lo que querían es que les hiciésemos una foto a ellos todos juntos, pero lo que en realidad querían era una foto de cada uno de ellos con nosotros dos. Tras posar durante más de 30 fotos con la misma cara y postura, no pude evitar saludar como la familiar real cuando finalmente nos alejamos del templo dejando atrás a nuestros nuevos amigos ;-)

Pero no todo en Bagan fueron sonrisas durante nuestro paso por allí. Según las estadísticas, entre el 30% y el 50% de la gente sufre "diarrea del viajero" en las dos primeras semanas de iniciar un viaje. Nosotros hemos tenido suerte de estar entre el 50-70% restante, pero no por eso nos hemos librado de sufrirla a posteriori. En mi caso, el último día y medio en Indonesia, estuve un poco "revuelta"; nada que no se arreglase con un fortasec. En el caso de mi hermano, la cosa pintó un poco peor. Estando en Bagan, Paco tuvo unos días de "enamoramiento" del Sr. Roca (por cierto, para el que le interese, la versión asiática de nuestro Sr. Roca, aquí suele tener nombre chino o tailandés :-p), al que no podía dejar de ir a visitar con demasiada frecuencia. Los vómitos y diarrea, le mantuvieron atado a la cama y sin tolerar alimentos durante casi tres días, pero al final todo quedó en un susto y pronto comenzó a devorar como si no hubiese mañana. Lo malo es que ahora, antes de salir de casa, le tengo que llenar bien de piedras los bolsillos, porque se me ha quedado tan flaquillo, que como sople un poco el viento, se lo lleva seguro :-p.

INFORMACIÓN PRÁCTICA PARA VIAJEROS.

- Transporte: reservamos el autobús Mandalay-Bagan (Nyaung Oo) en el hotel de Mandalay. Pagamos 12000 kyats, incluyendo el pick up desde el hotel hasta la estación de bus (7:30). Creo recordar que el trayecto duraba unas 5-6h.

- Alojamiento: de nuevo hicimos caso a nuestra amiga Portuguesa y nos alojamos en el New Wave Guest House (Wet-Kyi-Inn, No.(7)Qr; Bagan -Nyaung Oo Main Road; tfno. 061-60731; www.newwaveguesthouse.com). La habitación doble, con baño privado, y aire acondicionado salió por 10$/noche, incluyendo desayuno. Habitación pequeña pero limpia. Sin WiFi (justo al lado, en el Pyi Sone, hay ordenadores con Internet a 500kyats/h). La lavandería cuesta 200 kyats/ pieza.

- Comida: los restaurantes de alrededor de nuestra guesthouse no son nada del otro mundo, aunque se puede encontrar comida occidental además de la local (precio medio-caro para lo que es Myanmar). Creemos que lo que le sentó mal a Paco fue lo que cenó en el Queen restaurant.

- Otros: la entrada al "Bagan Archaeological Zone" son 10$/10€ y es obligatoria para extranjeros. Si se viaja de noche, llegando de madrugada, la oficina de tickets está cerrada y se entra sin pagar. En teoría, si esto ocurre, te venden la entrada en la guesthouse, pues han de registrar el número de entrada con el check-in, pero en la nuestra no nos las pidieron, así que es posible (y fácil) no pagar la entrada.

- Te alquilan bicis por todo el día en todas partes. En nuestra guesthouse costaban 1500 kyats y tenían 3 cambios de marcha. En Nyaung Oo, la misma bici se puede encontrar por 1000 kyats. Muy recomendable cogerla con cambios, porque se alterna carretera asfaltada con caminos de arena, y una bici de paseo normal puede ser muy incómoda para según que tipo de camino.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Paco, ¡¿dónde estás?!

Esa es la frase que martilleaba una y otra vez mi cabeza la madrugada del 10 de Septiembre cuando recorría por segunda vez la ciudad antigua de Sangri la, sin dar con el paradero de mi hermano.
Esa noche, después de cenar, Paco me preguntó si me apetecía ir a dar una vuelta. Pero yo tenía un trancazo de aquí te espero, de esos que no te dejan ni respirar, y lo único que quería era meterme en la cama. Así que se fue solo, a eso de las 22:30. Ah! y en pantalón corto, que como el amigo es de Burgos, no le intimidan las noches a 3200m de altitud :-p
Total, que me metí en la cama y me tapé con el edredón hasta las orejas. Pero mi dependencia a los klinex no me permitía dormir, así que estuve dando vueltas en la cama hasta que me percaté de la hora que era y de que Paco aún no había vuelto.
El centro de Sangri la, para los que no lo conozcáis, se puede recorrer entero en cosa de 15-20 minutos, y Paco llevaba más de 2h fuera. ¿Dónde se habrá metido este pendón? Nuestras amigas alemanas de Lijiang, habían llegado esa tarde al pueblo, así que me imaginé que se las habría encontrado y andarían juntos tomándose algo.
Como yo no acababa de dormirme y ya empezaban a arderme las sienes, a eso de la 1:30 decidí salir a tomar el aire fresco (por no decir casi helado) y ya de paso ver si me los encontraba para tomarme yo también algo con ellos. Pero cuál fue mi sorpresa al salir a la calle y comprobar que todos los bares estaban cerrados, las farolas apagadas y los únicos seres vivos que se veían por ahí eran los perros callejeros en busca de algo para comer.
Bueno, voy a tirar un poco más adelante a ver si encuentro algún garito todavía abierto... y alguno encontré. Todos ellos llenos de tibetanos borrachos y mujeres de la noche, que me miraban con curiosidad cuando me veían aparecer. Pero ni un solo occidental y mucho menos el amigo Paco!
Volví al hostal a ver si nos habíamos cruzado y ya estaba de vuelta. Pero no. Así que por segunda vez salí a la calle a ver si lo veía: de nuevo la ciudad antigua, y cuando vi que allí no estaba, también en la ciudad nueva. ¡Será cabrito! ¿dónde narices se habrá metido? al menos podría dar señales de vida para saber que está bien y luego que se vaya donde le dé la gana!
A eso de las 2:15, mi indignación se convirtió en preocupación, y empezaron a rondarme por la cabeza toda clase de ideas descabelladas. ¿Le habrá pasado algo? ¿estará bien? Seguramente esté por ahí de pendoneo, y debería de irme a dormir, pero ¿y si necesita mi ayuda? Para los que os estéis preguntando que por qué no le llamaba por teléfono, os informaré de que aquí mi hermano se dejó su móvil en España, porque ¡¿pa qué se lo iba a traer al viaje?!
Total, que ya me puse seria, saqué la cámara de fotos, busqué una en la que saliera él y comencé a preguntarle a las pocas personas que conseguí encontrar por allí (léase un barrendero y una mendiga, que por supuestísimo no hablaban ni papa de inglés).
Y entonces apareció mi ángel salvador: un chavalillo joven, guía turístico, que cuando me vio gesticular delante del barrendero se acercó a ver qué pasaba allí y acabó haciendo de traductor. El pobre chaval, se tenía que levantar a las 6:00 para ir a trabajar, pero me vio tan angustiada, que se ofreció a ayudarme a buscar a Paco. Nos dividimos, y por tercera vez recorrimos la ciudad antigua de cabo a rabo. También pasamos por el hostal, pero ni rastro de Paco, así que a las 3:00 de la mañana, decidimos llamar a la policía.
Veinte minutos se tiraron para interrogarme, tomar los datos de nuestros pasaportes y copiarse una foto de Paco en el móvil. Ya estando listos para salir en su búsqueda, les pregunté si podía ir con ellos. Me miraron como si estuviera loca y me "sugirieron" amablemente que me esperara en el hostal por si volvía. Así que me tiré en la cama a ver si conseguía reducir mis pulsaciones...
Y a las 4:00 de la mañana, oh! se hizo el milagro! el señorito se dignó a aparecer! Cuando lo vi entrar por la puerta, no sabía si darle una colleja o romper a llorar... Opté por lo segundo. 
El colega estaba jugando a las cartas en un bar que estaba cerrado por dentro, en compañía de tres americanos, dos chinas y una finlandesa. No me había dado cuenta de lo tarde que era. Es lo único que se le ocurrió decir...
Ay! Qué bien entiendo ahora a mi madre y todo el sufrimiento que le hemos provocado en esta vida los cuatro cabras que tiene por hijos!!

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Visitando los alrededores de Mandalay

Como ya habréis podido notar en todas las entradas del Blog publicadas desde este país, aquí y en esta época del año, hace un calor INSOPORTABLE!!! Es por eso, que a mitad de viaje, decidimos incluir algún destino de playa para intentar sobrellevar algo mejor las altas temperaturas y la insufrible humedad. Pero para poder encajar la playa en el plan, debíamos recortar de algún otro lado, pues ya teníamos comprados los vuelos de salida del país, y no nos llegaban los días para todo. De modo que la ciudad elegida para ser visitada únicamente de manera fugaz, fue Mandalay.

¿Y por qué Mandalay? Pues básicamente por las opiniones y recomendaciones de otros viajeros, y porque ya sabéis que las ciudades grandes no son santo de nuestra devoción :-s. De hecho, de lo que es la ciudad en sí, visitamos bien poco, y en su lugar, optamos por alquilar una moto y recorrer los alrededores: Sagaing, Inwa y Amarapura.

Sagaing y su famosa colina ofrecen al viajero una gran cantidad de monasterios y templos budistas, así como unas bonitas vistas de Mandalay y Amarapura desde la orilla opuesta del río Ayeyarwady. Allí conocimos a un monje encantador que nos invitó a desayunar en uno de los monasterios y que nos enseñó hasta el último rincón de éste.
Padamyazedi Pagoda, en la colina de Sgain.
Vistas del río Ayeyarwady desde la Soon Oo Pon Nya Shin Pagoda
Después tiramos hacia Inwa (también llamada Ava) y tras montarnos nosotros y la moto en una barca para cruzar el río, llegamos a esta especie de pueblo antiguo donde abundan los carros tirados por caballos. Dentro y fuera de su muralla, pudimos seguir visitando templos y monasterios. Pero lo más bonito es, sin duda, conducir por los caminos, ver los paisajes, y cruzarse con la gente. Aquí todo el mundo te saluda, y hasta los niños corren detrás de la moto para chocarte la mano ;-)
Cruzando el río con la moto, camino de Inwa
Metiendonos por los caminos en Inwa
Ya para el atardecer, fuimos al famoso puente de U Bein, en Amarapura. Aquí suelen venir los turistas y los locales para ver la puesta de sol, y la verdad es que merece la pena verla. También está curioso ver cómo se llenan los bordes del puente de pescadores. Aunque los más graciosos son los que pescan desde dentro del agua. Según nos explicó un hombre de Mandalay, se meten dentro para remover el fondo con los pies y así conseguir que salgan los peces que viven lejos de la superficie. A estos pescadores solo se les ve la cabecita sobresaliendo, la caña y una botella de plástico que flota a su lado. Ésta la utilizan para atar un cabo donde amarran a los peces que han pescado y mantenerlos así a flote mientras continúan pescando.
Atardecer en el puente U Bein
Pescadores dentro del lago Taungthaman
Pescadores sobre el puente
Parece que la tarde se ha dado bien ;-)
Y así acabó nuestro único día en Mandalay, coronado por una Myanmar Beer, que nos tomamos junto a un grupo de españoles que estaban disfrutando de un viaje organizado por el país. Desde aquí les mandamos un saludo y les deseamos una no muy traumática reincorporación a la vida laboral ;-)


INFORMACIÓN PRÁCTICA PARA VIAJEROS.

- Transporte: ver "Ésto no es un tren; ¡es una montaña rusa!"

- Alojamiento: por recomendación de una chica portuguesa que conocimos en Hsipaw, nos quedamos en el Garden Hotel (No. 174, calle 83, entre las calles 24 y 25; tfno. 02-31884; email: gardenhotelmdy@gmail.com). La habitación doble con baño compartido y ventilador nos costó 14$/noche. También tienen con baño propio y aire acondicionado por mayor precio. Incluye el desayuno (café o té, fruta, dos tostadas y huevo) y tienen WiFi en la zona de la recepción. Sorprendentemente los baños (compartidos) estaban más limpios que la habitación. En ésta, parecía que no habían limpiado el suelo desde que se construyó el hotel. Al menos las sábanas parecían limpias, aunque no puedo decir lo mismo de las toallas :-s

- Comida: en la misma calle 83, entre las calles 25 y 26, bajando desde el hotel en la acera izquierda hay un restaurante (creo que se llamaba Mann o algo así) donde se come bastante bien por precio medio. Para comer barato, en la esquina de la 82 con la 27 hay un par de puestos callejeros a rebosar de gente, donde uno sale rodando por poco dinero. De postre, sirven muy buenos helados (y también batidos) enfrente del Mann (creo que se llama Nylon).

- Otros: para ver los alrededores de Mandalay, se puede alquilar una moto por unos 8000-10000 kyats. Las alquilan en el propio hotel o en lugares como el Mr. Jerry's (junto al sitio de los helados/batidos). Con 2-3L de gasolina (botella de 1L en stand callejero por 1000-1200 kyats) se tiene para todo el día. También se puede contratar a un conductor de moto que te hace la ruta típica de lugares de no-pago, incluyéndote en el precio la gasolina. A nosotros nos apetecía hacerlo por nuestra cuenta, pero se nos acercaron un par de conductores que nos ofrecían llevarnos a los dos por 10.000 kyats (sale incluso más barato que hacerlo por libre). La entrada combinada para los principales lugares turísticos cuesta 10$.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Ésto no es un tren, ¡es una montaña rusa!

Esas fueron las palabras exactas que pronunció Paco cuando se puso en marcha el tren que nos llevaría desde Hsipaw hasta Pyin Oo Lwin.
Estación de Hsipaw
La primera hora y media de viaje fue bastante tranquila. El tren iba prácticamente vacío. La velocidad era lenta, pero aún así, los meneos a derecha e izquierda eran muy pronunciados. Tanto que las puertas de salida a las vías, al final del vagón, no hacían más que abrirse y cerrarse con violencia. Las ventanas iban todas abiertas, y el ambiente estaba impregnado de un fuerte olor a hierba recién cortada. El aroma provenía de las plantas que crecen junto a las vías y que invaden parte de estas. La cercanía es tal, que al pasar el tren e impactar con ellas, es frecuente que alguna hoja o ramita acabe cortándose y salte dentro del vagón.
Montada en el tren, cuando aún iba medio vacío.


Pasado el primer tramo, llegamos a Kyaukme. Nada más parar, comenzó a subir gente que se apelotonaba junto a las ventanillas para ir recogiendo paquetes que iban apilando en el pasillo del tren. La actividad era frenética, y en un plis plas el tren se llenó de vida y entretenimiento. Los vendedores ambulantes no hacían más que pasar, esquivando sacos, cestos y cajas a cada paso que daban. Y hasta un estudiante de 17 años se subió al tren para practicar inglés con nosotros (todos los días se sube, durante los 20 min que dura la parada, en busca de extranjeros con los que conversar, jeje).

Enfrente de nosotros se sentó una pareja joven, y al otro lado cuatro mujeres de mediana edad. A los seis debimos de resultarles de lo más interesante pues, a pesar de no hablar inglés, buscaban continuamente interaccionar con nosotros. Primero las señoras de al lado se pusieron a pelar pomelos y a pasarnos unos gajos para que los probaramos. Luego la pareja de enfrente compraron unas limonadas a un vendedor ambulante (por cierto, te las sirven en una bolsita de plastico, con una pajita) y pidieron una de más para que nosotros también tuviésemos. Nosotros sacamos las pipas que habíamos comprado la tarde antes y comenzamos a repartir puñados a todo el mundo. El chico de la pareja, entonces, sacó la cosa rara esa que mascan sin parar (el betel, sobre el que escribiré un post dentro de poco) y nos ofreció a ambos. Esta vez rechazamos la oferta; no sé si estamos preparados para probarlo después de haber hablado con varios birmanos sobre sus efectos... aunque ya veremos de aquí a que abandonemos el país ;-)

Pronto el traqueteo lateral del tren se convirtió en una sucesión continua de saltitos, de arriba a abajo. Y al minuto comenzó a pasar una chica con una botellita de plástico llena como de un polvo gris-verdoso. La gente ponía la mano, y la chica les echaba un chorretón de polvo a través de los agujeritos practicados en el tapón de la botella. A continuación se chupaban el dedo índice, lo mojaban en el polvo, y se lo depositaban en la lengua. No debía de saber muy bien, por las caras que ponían, pero todos se lo tomaban. Ante nuestras caras de asombro, se señalaban la barriga y hacían gestos de mareo, como queriendo indicar que con los "polvitos mágicos" no se marearían y se les estabilizaría el estómago. ¡Qué ignorante me siento! No ¡tengo ni idea de qué podía ser aquello!

Después llegó la hora de comer, y la gente local comenzó a sacar la comida que traía preparada de casa en unas tarteras cilíndricas de metal, que se llevan mucho por aquí. Nuestra parejita había preparado unos manjares deliciosos y que por supuesto nos dieron a probar. A todo esto, los vendedores ambulantes, que no dejaban de pasar, cambiaron los snacks por pinchos de carne, noodles, arroz servido en hoja de palma, etc. ¡Aquello parecía un picnic familiar en toda regla!

Y entonces llegó el viaducto. Ese que aparece en todas las guías de viaje y único(?) motivo por el cuál este tren lleva occidentales de vez en cuando. Esta enorme obra de ingeniería civil atraviesa una espectacular garganta, que a mi personalmente me puso los ovarios de corbata. ¡Ahora sí que me parecía estar en una montaña rusa! Y no precisamente por la velocidad (no creo que fuésemos a más de 5 km/h) o el movimiento del vagón. Me lo pareció por esa sensación de "inseguridad" que provoca ir sobre una estructura de raíles que parece construida con palillos de dientes :-s.
Viaducto de Gokteik
 Tras el viaducto, aún tuvimos viaje por algunas horas más, con alguna que otra anécdota. La más divertida para Paco, que no para mí, fue cuando aproveché una parada para ir al baño y la gente que subió, apiló todos los sacos que traían delante de la puerta. Fue todo un show cuando intenté salir y vi que la puerta no se abría :-(. Tardaron en oír mis golpes y en despejarme la salida lo que me pareció una eternidad, aunque no debieron de ser ni cinco minutos.

Llegamos a Pyin Oo Lwin y aún nos esperaban varias horas más hasta Mandalay, pero este último tramo decidimos hacerlo por carretera para ahorrarnos tres horitas de viaje. En la misma estación de tren encontramos pick up para compartir con varios locales y que también resultó ser toda una experiencia. Me sentía como los componentes del equipo A, en la parte trasera de una camioneta, llena de gente y equipajes. La pena es que se nos hubiese muerto la batería de la cámara varias horas atrás, porque la verdad es que la estampa merecía haber sido inmortalizada!

INFORMACIÓN PRÁCTICA PARA VIAJEROS.

- Transporte: sólo hay un tren al día desde Hsipaw hacia Mandalay y viceversa. En teoría sale a las 9:40, pero salió con media hora de retraso. Los horarios de las paradas en ambos sentidos y los precios de los distintos trayectos desde Hsipaw se pueden ver en esta foto. Por el pick up de Pyin Oo Lwin a Mandalay pagamos 1500 kyats/persona y tardamos unas dos horas en llegar. Te deja en la esquina de la calle 85 con la 31, a 5-10 min andando de la zona de guesthouses.
Horarios y precios (Septiembre 2012)

sábado, 22 de septiembre de 2012

De caminatas por Hsipaw

Tres días hemos estado en este pueblo. Y es que aquí se está rebien. Es el ambiente relajado y familiar lo que nos ha hecho quedarnos más de lo inicialmente previsto. ¿Sabéis esos veranos de la infancia cuando uno se iba al pueblo? Pues aquí es igual; como si todos nos conociésemos de toda la vida. Si es que esta gente es de lo más amable y agradable.

El pueblo es pequeñito; cuatro calles, como quien dice. Lo más destacable quizás sea el mercado, donde hay mucha vidilla.
Mercado de Hsipaw. El niño no está en venta ;-)
Y el máximo ambiente lo dan los monjes cuando se ponen a cantar. El resto del tiempo, a cualquier hora del día, los ves peregrinando por las calles, recolectando comida y donaciones. Se ven muchas más mujeres y niños (visten de rosa) que hombres (visten de rojo), lo cuál me llama la atención si lo comparo, por ejemplo, con Tailandia o Laos.
Monjes en formación antes de salir a recoger donativos.
Los alrededores del pueblo ofrecen agradables paseos para experimentar en primera persona cómo se desenvuelve la vida rural birmana. Abundan los pozos, presentes casi en cada casa (algo que, en lo que llevamos de viaje, no había visto más que de manera esporádica). Además aquí destaca el cultivo del maíz; mucho más que el del omnipresente arroz de sus países vecinos. También se ven palmeras. El clima es muuuuy cálido y húmedo, y me llama la atención el manto casi continuo de vegetación. Las típicas plantas trepadoras que se ven en España cubriendo verjas y vallas, aquí crecen de manera salvaje colonizando todo lo que pillan alrededor. Recubren tanto los troncos de los árboles, como los espacios que hay entre ellos. ¡Se ve todo muy verde!
Casa con pozo y la pasarela para llegar hasta él cuando el suelo está encharcado
Campesino a lomos de su buey :-D
Maíz secándose al sol
¡¿Veis que verde se ve todo?!
En medio del campo :-)

En las cercanías, también hay una cascada, donde uno se puede bañar y refrescarse tras la hora y media de caminata que se tarda en llegar. Encontrarla sin guía puede suponer algo más de tiempo (nosotros nos perdimos un par de veces) pues las referencias que pintan en los mapas de las guesthouses son un poco, no sé, ¿cómo diría yo?... ah sí, ¡inexistentes! O al menos nosotros no fuimos capaces de reconocer ninguna. De todos modos, con ir preguntando a los campesinos "waterfall?", enseguida te sonríen y te señalan el camino con la mano.
Camino de la cascada
Cascada de Nam Tok
Lo único que le cambiaría yo a este lugar es el calor infernal. Pero eso se soluciona fácilmente con venir en Diciembre/Enero, en lugar de en esta época del año. ¡Así que ya sabéis! Si algún día os lanzáis a la aventura del país birmano, no lo hagáis cuando el sol aprieta o acabaréis como nosotros: casi convertidos en dos buhillos, que se esconden durante el día, para salir a la calle cuando cae el sol y corre el airecillo.



INFORMACIÓN PRÁCTICA PARA VIAJEROS

- Transporte: en el propio hotel de Inle reservan autobuses a los destinos más turísticos de Myanmar. Allí reservamos el bus a Hsipaw, que sale a las 14:00 del cruce de Shwenyaung (salió 1h tarde) y llega a Hsipaw sobre las 5:00 de la mañana (con 3 paradas). Nos costó 17000 kyats y como en el anterior bus, nos dieron una botellita de agua y un set de higiene (toallita húmeda, cepillo y pasta de dientes).

- Alojamiento: en Hsipaw nos quedamos en Nam Khae Mao (No. 134, Bogyoke Rd; Tel.+ 95-82-80077; email: namkhaemaoguesthouse@gmail.com) por 12$ la habitación doble, con baño compartido, desayuno y WiFi de 6:00 a 1:30 (solo va a una velocidad aceptable de 23:30 a 1:30 y de 6:00 a 7:00). Amplio, limpio y con personal muy amigable. Uno de los chicos que trabaja aquí chapurrea bastante español. Proporcionan mapas de la zona e información para hacer trekkings.

- Comida: hay muchos sitios por todo el pueblo donde poder comer. El que más nos gustó en relación calidad/cantidad-precio, fue un restaurante "chino" con comida local localizado en la calle que va por detrás de la guesthouse hacia el mercado, en la acera izquierda. La comida también está muy bien (sobre todo la cerveza de barril) en el famoso Mr. Food, de la calle principal.

- Otros: se pueden alquilar bicicletas todo el día por 2000 kyats, o contratar un guía para hacer trekkings por 5000 kyats/persona.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Explorando el Lago Inle

Abandonamos rápidamente la ajetreada ciudad de Yangon para dirigirnos al tranquilo lago Inle.

El viaje lo hicimos en autobús y estrenamos nuestro contador de "averías en carretera" en este país. Las supuestas 11-12h de trayecto, se convirtieron en más de 14h y llegamos al pueblo de Nyaungshwe con un fuerte sol recalentándonos el cogote.
Cultivos en el lago
Uff, qué calor vamos a pasar en Myanmar!!

Pueblo Flotante
Por suerte, a pesar de la solana, la brisa que corre durante el recorrido en barco a través del lago, refresca lo suficiente como para que no te pases el día entero sudando la gota gorda y consumiendo litros y litros de agua sin parar. 
Los pescadores de este lago son conocidos por impulsar el remo con el pie ;-)
Este paseo en barco, es probablemente la actividad más interesante que se puede hacer por la zona, sin desmerecer por ello los trekkings de los alrededores.

Durante el trayecto, se pueden ver los pueblos flotantes, los pescadores y agricultores del lago, el mercado y varias casitas donde se dedican a hacer artesanía local (telas, plata, tabaco, etc). También te paran en algún templo y monasterio, para que el día sea de lo más completito. En total, unas 9-10h de barco con varias paradas, donde si tienes suerte y tu conductor habla inglés, puedes aprender un montón de cosas sobre la vida local en este país, y en especial en esa zona. La travesía, aunque está muy enfocada al turista, es muy agradable de ver y se disfruta de verdad. 
Telares de artesanía local
Llegando al mercado en barca

Otras actividades interesantes para hacer aquí son rutas de distintos días de duración a pie, o en bici. 


Nosotros sin embargo, decidimos darnos una tregua, y tirarnos todo un día a la bartola, sin hacer nada más que leer y descansar, saliendo solo a pasear cuando el asfixiante sol se escondía. Paco aprovechó también para cortarse el pelo en una barbería que parecía del siglo pasado y ahora luce un hermoso corte a la moda local (yo ya le he apodado Fido Dido).

Fido Dido en proceso y el peluquero barrigudo :-p

Aunque el barbero también quiso meterle tijera a mi pelo-playmobil, yo preferí seguir dejándolo crecer. Cuatro mesecitos han pasado ya desde que me rapé la cabeza (la tarde antes de comenzar el viaje) y si consigo sobrevivir a este casco que llevo ahora, quizás algún día acabe volviendo a tener melena... ya veremos quién gana, si el calor o mi paciencia ;-)

INFORMACIÓN PRÁCTICA PARA VIAJEROS

- Transporte: el autobús de Yangon al lago Inle (también se puede ver escrito como Innlay, Inlay, o Innle) lo cubren varias compañías de autobuses. Nosotros preferimos pillarlo en la ciudad el día anterior, para asegurarnos plaza sin tener que ir hasta la estación (a una hora del centro en bus). Lo cogimos en una agencia en la misma calle del guesthouse de Yangon (calle 32, nada más entrar a la calle desde la Sule Pagoda, en la acera derecha). Nos costó 10900 kyats cada uno, saliendo a las 17:00 de la estación Aung Min Galar (1h en el autobús urbano n°43, por 200 kyats cada uno) y llegando al cruce de Shwenyaung sobre las 5:00 de la mañana. Desde el cruce de Shwenyaung hasta Nyaungshwe (el pueblo que está al lado del lago), en pick up compartido, piden 1000 kyats por persona (los taxis piden 7000 kyats)

- Alojamiento: nos quedamos en el Remember Inn (Haw street, Nandawon Quarter; tfno.: 00-95-81-209257; email: rememberinn@gmail.com; web: rememberinn.jimdo.com), por 15$/noche en habitación doble, muy amplia y luminosa, con baño y agua caliente 24h. Tienen WiFi en la zona de recepción de 7:00 a 22:00h. El desayuno se sirve en la terraza del tejado de 6:30 a 9:30 y está muy bien (café, té, zumo natural, plato de fruta y un plato principal a elegir entre cinco opciones).

- Comida: en la misma calle de la guesthouse hay varias opciones para comer. El Lotus restaurant, más enfocado a turistas y algo más caro, pero que no está mal. Un par de sitios siempre llenos de locales, con taburetillos de plástico pequeños, donde se comer muy bien y barato. Y uno de comida China donde hacen barbacoas por las noches (el pescado está muy bueno) y también está bien de precio.

- Otros: la entrada al lago son 5$ por persona (o 5000 kyats). El barquito para recorrer el lago todo el día sale por 15000 kyats, y caben hasta 5 personas. En la propia guesthouse se encargan de ir cerrando grupos de 5 para poder compartir el precio del barco. En la pagoda de Inn Tain hay que pagar 500 kyats por la cámara de fotos.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Primeras horas en Yangon

En algo menos de dos horas de vuelo desde Kunming, nos plantamos en Yangon. Allí tuvimos que retrasar el reloj una hora y media (hay cuatro horas y media de diferencia con España) por lo que el viaje nos pareció cortísimo ;-).

Nada más salir del aeropuerto, el "efecto sauna" que provocaba el calor húmedo del ambiente nos recordó que habíamos cambiado de país, aunque no fue, ni mucho menos, la única diferencia que notamos respecto a China.

Lo que más nos llamó la atención fue el aspecto de la gente. La mayoría de los hombres aquí visten una especie de falda larga (longyi) y la mayoría de mujeres y niños (aunque también se ve a algún hombre), llevan la cara pintada como con una pasta dorada (thanaka) con distintos niveles de extensión e intensidad.

Pero lo que más destacaría de sus habitantes (y especialmente viniendo de China, como era nuestro caso) es lo risueños que son. Parece gente muy tranquila y desenfadada, siempre dispuesta a ayudar. Y es que, además aquí, prácticamente todo el mundo habla inglés! Lo deben de haber aprendido de la TV por satélite que tienen en los puestos callejeros de comida donde a cualquier hora es fácil ver a gente embobada mirando a la pantalla. Es gracioso, porque estos puestecillos no suelen tener ni techo, ni paredes, pero la pantalla plana de treintaipico pulgadas (cubierta por un tejadillo por si llueve) raramente les falta ;-).

Los vehículos en este país, circulan por la derecha, como en España. Sin embargo, la inmensa mayoría de los coches y autobuses, tienen el volante a la derecha, como si los estuvieran importando directamente de Tailandia, su país vecino, donde se conduce por la izquierda. Tampoco descartamos que sea herencia japonesa, de cuando estuvieron por aquí en la época de la segunda guerra mundial (no me extrañaría nada que los autobuses urbanos fueran de esos tiempos!). La gasolina, asombrosamente, es la más cara que hemos visto en todo el viaje y probablemente en toda nuestra vida: ronda los 4€/L!

Pasear por las calles de Yangon, también es un espectáculo de novedades para nosotros. Lo que más me gustó es que se dediquen a colgar de las paredes de los edificios, plantas de arroz con el grano seco, para atraer y alimentar a los pájaros. Eso hace que siempre haya decenas de ellos revoloteando alrededor. No sabemos con certeza por qué lo hacen, pero empezamos a pensar que sea para cazarlos, pues se ven muchos vendedores ambulantes con jaulas llenas de gorrioncillos y otros pajaritos. 

Espigas de arroz
También cuelgan, de las paredes de sus edificios, largas cuerdas con una pinza en el extremo. Se ve que las usan para subir objetos livianos, de la calle a casa. Sin ir más lejos, en un par de ellas, vimos que lo usaban para subir el periódico ;-)
La calle Mahabandoola de Yangon, con la Sule Paya al fondo

Por la zona en la que más nos movimos (en los alrededores de la Sule Pagoda), había cientos de puestecillos de venta callejera, donde se podía encontrar prácticamente de todo. Abundan los puestos de mandos de televisión y de gafas graduadas o_O. Pero los mejores sin duda, son los puestos donde preparan y venden el extraño tabaco de mascar que todos los hombres toman sin parar y que hace que todos tengan la boca y los dientes rojos. Luego lo escupen al suelo, así que las calles están llenas de manchas rojas allá donde se mire ;-).
Shwedagon Paya, foto de la mega-estupa central

La ciudad de Yangon, no podríamos decir que sea bonita, pero tampoco es tan espantosa como me imaginaba después de haber leído varios foros y blogs. Las calles están sucias y con el suelo nada uniforme; los edificios tampoco se ven precisamente nuevos. Aún así, la ciudad tiene "algo", que no identifico pero que le da un encanto especial. No hay más que salir a la calle, caminando sin rumbo y observando alrededor. Se nota que estamos en un país nuevo, y totalmente diferente a todos los anteriores. Presiento que Burma me va a gustar! :-D

NOTA: debido a las deficientes conexiones a Internet en este país, es difícil cargar fotos. Actualizaremos los posts con más imágenes tan pronto como nos sea posible.

INFORMACIÓN PRÁCTICA PARA VIAJEROS.

- Transporte: del aeropuerto a la ciudad se puede ir en taxi (10000 kyats) o en el autobús 51 (200 kyats), cuya parada está bastante lejos del aeropuerto. Lo mejor es buscar a alguien para compartir el taxi hasta el centro, y cogerlo, no en el propio aeropuerto, sino en la carretera que pasa enfrente, a dos minutos caminando, pues se puede negociar un precio bastante menor. También se puede ir en taxi a la parada del bus (3000 kyats) y allí coger el autobús urbano.

- Alojamiento: nosotros nos quedamos en el Okinawa Guesthouse, en el número 64 de la calle 32; muy cerquita de la Sule Pagoda. El dormitorio compartido nos salió por 7$/persona. Incluye el desayuno, pero no tiene WiFi (en este país, el WiFi es un bien esacaso, jeje). A mi no me pareció demasiado limpio, pero a Paco le gustó el lugar... cuestión de opiniones.

- Comida: basta con caminar un poco por las calles alrededor de la Sule Pagoda para encontrar muchos puestecillos de comida. Eso sí, por la noche, a partir de las 20:30 ya empieza a ser complicado encontrar a alguno que siga funcionando. Se puede comer por medio euro (500 kyats) y normalmente, te acompañan el plato principal con un tazón de sopa y una "tapa" de ensalada, además de con un termo de té verde caliente para beber.

- Otros: la tasa de cambio oficial en el aeropuerto y los bancos de la ciudad es la misma. El día que llegamos el cambio era 1$ = 860 kyats y 1€ = 1110 kyats. En el mercado negro (continuamente se te acerca gente ofreciendote cambiar dinero) se puede conseguir mejor tasa, pero son tantas las historias de estafas que nos han contado, que preferimos no arriesgarnos. La entrada a la famosísima pagoda Shwedagon Paya cuesta 5$ o 4500 kyats.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Preparativos para Myanmar

Al fin abandonamos China con rumbo a Myanmar, pero llegar hasta allí no ha sido fácil en absoluto. Para todos aquellos que queráis viajar a este país, tendréis que preparar con antelación varias cosillas:

1) Los billetes: excepto para ir y volver a Indonesia (que son todo islas y hace falta coger avión), todos los pasos de frontera del viaje los hemos hecho por vía terrestre, que es como sale más económico. Myanmar tiene frontera con China, así que no debería de haber problemas en cruzar a este país, y sin embargo los hay. Actualmente no se permite la entrada por frontera terrestre a menos que se gestionen una serie de permisos y se contraten una serie de servicios que salen infinitamente más tediosos y caros que cogiendo un avión. Aparentemente, conseguir un vuelo barato en Asia no es cosa complicada; basta con buscar un poco por Internet. Pero cuando realizas una búsqueda exhaustiva y tu definición de barato no coincide con lo que aparece en la red, comienzan los problemas. El truquillo en China (al contrario de lo que ocurriría en Europa), está en tirar de agencia de viajes. Se nos redujo el precio a casi la mitad! Eso sí, no aceptan tarjetas :-s

2) El dinero: la divisa local en Myanmar es el kyat, aunque el uso del dólar americano está ampliamante extendido. Los cajeros automáticos son una realidad, a día de hoy, casi inexistente, y los pocos que hay, además de cobrar comisiones desorbitadas (¡hasta de un 12%!), no aceptan tarjetas internacionales. Conclusión: hay que viajar con metálico suficiente para cubrir todo tu viaje en ese país, y preferiblemente dólares (los euros también se cambian sin problema, pero como hay cosas que solo te permiten pagarlas en dólares, es mejor no viajar sin ellos). Nuestro problema era que los pocos dólares que nos quedaban (reservados para visados on arrival, u ocasiones de emergencia), no nos iban a llegar para sobrevivir más que un par de días, así que teníamos que conseguir dólares en China como fuera. Invertimos casi un día entero en conseguirlos, y tuvimos que preguntar en más de diez bancos para ello: que si aquí no tenemos, que si vuelve a las 14h, que si necesitas el pasaporte (ese debió de ser el único día de todo el viaje en que lo dejamos en casa y salimos solo con los DNIs y las copias del pasaporte), que si vete al Bank of China, que si los extranjeros no pueden comprar divisa diferente al yuan, y que si sólo te los doy si me traes el recibo de haber hecho anteriormente el cambio de dólares por yuanes (cosa que por supuesto no teníamos pues todos los yuanes los habíamos sacado del cajero). Vamos, que estábamos a punto de tirar la toalla cuando entramos en el último Bank of China a ver si sonaba la flauta y colaba el cambio sin ser chinos, sin llevar el pasaporte y sin tener recibo del cambio $ por ¥. ¡Y sonó! Nos encontramos con una china que "ayudaba a los extranjeros a conseguir dólares" y que llevaba el bolso llenito hasta los topes de fajos de billetes de 20$, 50$ y 100$. Así que allí estábamos nosotros, comprando dólares en el mercado negro, dentro de una sucursal del Banco de China, con el guardia de seguridad mirando tranquilamente lo que hacíamos y sin decirnos ni pío. La tasa de cambio que nos dio fue mucho mejor de lo que esperábamos, pero algo se nos tenía que estar escapando. No puede ser tan fácil y tan bonito... ¿no serán billetes falsos? Allá que fuimos, todos juntos a la ventanilla del banco a pedirle al empleado de turno que nos revisara los billetes para confirmar que eran buenos. Y por lo que dijo, lo eran. Aún así nos fuimos de allí sin acabar de verlo del todo claro. Afortunadamente, un par de semanas más tarde, ya llegados a Myanmar, hemos podido comprobar que no ha habido ningún problema con los billetes :-). Por cierto, para que te los cambien, han de estar impolutos: no cogen ni los billetes rotos, ni los doblados, ni los de series antiguas. ¡Mínimo que sean del 2006!

3) El visado: Myanmar es, junto con China y la India, el único país de nuestra ruta donde se requiere visado sin que se pueda conseguir a la llegada al aeropuerto. Para India y China los tramitamos en Madrid antes de comenzar el viaje, pero para Myanmar no nos dio tiempo. Al no tener consulado de Myanmar en España, el trámite del visado se complica un poco, pues hay que solicitarlo en algún país de la UE donde sí tengan consulado burmés (ej. Alemania). A punto estuvimos de tramitarlo en Bangkok, pero al final tiramos para Indonesia sin saber a ciencia cierta si acabaríamos viniendo a Myanmar o no. Total que nos ha tocado gestionarlo en China (se puede en Beijing o en Kunming). Por si a alguno os toca hacerlo alguna vez en la vida, tenéis más detalles en el apartado siguiente ;-)

INFORMACIÓN PRÁCTICA PARA VIAJEROS

El consulado de Myanmar en Kunming, donde se tramitan los visados desde Septiembre de 2010 (¡ojo! ¡las guías de viajes tienen esta información desactualizada!) está en el 99 de Yingbin Lu, en el distrito de Guandu. Justo enfrente del Empark Grand Hotel.
Desde la estación de tren, se puede llegar en el autobús urbano número 209 y son 10 paradas (unos 40 min). Otras líneas que pasan por allí son la 103, la 149 o la 163.
Una vez allí, hay que completar dos formularios, entregar dos fotos y fotocopia del pasaporte y visado chino (si no tenéis copias os las hacen allí). Tardan unos 3-5 días en hacerlo (te devuelven el pasaporte) y cuando se va a recoger, en 15-20 min lo tienes listo. Cuesta 185¥ que se pagan al recogerlo. Nota: por 285¥ o 235¥ te lo pueden hacer en uno o dos días respectivamente.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Curiosidades sobre China

Han sido tantas las cosas que nos han llamado la atención aquí en China, que nos gustaría hacer un resumencillo para compartirlo con todos vosotros.

- El agua caliente: aquí en China el agua caliente para beber es mucho más popular que el agua fría. En todas partes la tienen disponible para que la gente la consuma: en estaciones de tren/autobús, dentro de los trenes, en las cafeterías, en los hoteles/guesthouses/albergues. Es común encontrar grandes teteras de agua al fuego en las estufas de leña y varios termos alrededor para que nunca falte. ¿Y se la beben así sin más? Pues no, lo habitual es ver a la gente con una cantimplora transparente llena de hierbas flotando en líquido (tienen cientos de variedades de tés e infusiones). También usan el agua para preparar los famosos botes de noodles instantáneos.

Maquina dispensadora de agua en el aeropuerto de Kunming: se puede elegir caliente (por defecto), templada o fría.
- La comida: es alucinante la inmensa variedad de platos que se pueden encontrar en China. Me ha sorprendido especialmente todo lo que cocinan al vapor (¡me encanta!) y que para lo rica que es su gastronomía, no hayamos sido capaces de encontrar un dulce en condiciones :-s. Otra cosa que me alucina es la cantidad de comida que se tira. En la mayoría de resturantes ves a la gente pedir muchos platos para compartir y cuando se van, ha sobrado muchísima comida que se va directa a la basura (¡qué pena de desperdicio!). De hecho, cuando comes en familia y te terminas el plato, es señal de que te has quedado insatisfecho, cosa que no sabíamos cuando estuvimos en casa de Qin y Jiankai. Nosotros ahí todo llenos y sufriendo por acabarnos el plato por no parecer "impolites" y la pobre Qin insistiendo en que nos habíamos quedado con hambre y ¡dispuesta a meterse de nuevo en la cocina!


- Los gestos: una de las cosas que aprendimos nada más entrar en China y que nos resultó muy útil cuando nos movíamos por allí, fue cómo representan los números con las manos. Del uno al cinco los hacen como nosotros (levantando tantos dedos como indique el número), pero para hacer del 6 al 9 utilizan una sola mano en lugar de dos. El seis, por ejemplo, se hace levantando el dedo meñique y el pulgar; o el ocho, que se indica levantando el pulgar y el índice. Para representar el diez cruzan los dos índices a modo de cruz.

- Los supermercados: hemos flipado con todos los productos que venden envasados al vacío en raciones individuales (¡especialmente los procedentes del pollo!). También nos ha sorprendido ver que utilicen el espacio entre las barandillas de las escaleras mecánicas que suben y las que bajan como expositor de productos. Así mientras estás parado dejandote llevar, puedes seguir añadiendo productos a tu cesta de la compra ;-).

Todas las partes imaginables de un pollo, envasadas al vacío.
- La moda: creo que no había visto tal variedad de zapatos en toda mi vida junta como lo que se puede ver en un día paseando por una ciudad China. ¡Me tienen alucinada con lo que se llegan a poner en los pies! Otra cosa que nos llamó bastante la atención es ver a más de un/a chino/a llevando ¡gafas de pasta sin cristales! La verdad es que es curioso cómo llevan las gafas, pues sus narices suelen ser mucho más planas que las nuestras, ¡así que no se les apoyan en el puente!

- Los medios de transporte: lo primero que llama la atención aquí es ver lo extendido que está el uso de las motos eléctricas. Eso me ha parecido un gran avance, del que deberíamos tomar ejemplo. En las estaciones de tren y autobús, siempre hay que pasar el equipaje por el escanner; sin embargo, ¡nunca hay nadie revisando la pantalla! En lo que respecta a los trenes, hay un gran contraste entre los vagones de asientos y los de literas. La diferencia de precio no es tan grande, pero hay un mundo de distancia entre ambos tipos. Los vagones de literas nos encantaron, el problema, que como son tantísimos los usuarios, necesitas comprar el billete con varios días de antelación si te quieres asegurar una plaza. Por cierto, aquí fuman en trenes y autobuses :-(

Moto eléctrica. Nótese que no tiene tubo de escape ;-)
 - Internet: aunque en prácticamente todos los alojamientos (de cualquier precio) tiene WiFi para acceder a Internet, la mayoría de las paginas occidentales que usamos en el día a día para estar en contacto con familia y amigos las tienen censuradas (facebook, twitter, YouTube, muchos blogs, etc) y no se puede entrar. Aunque siempre existen truquillos que ayudan a acceder, como los VPN o las webs que redireccionan el servidor proxy (en www.myproxylist.eu van sacando a diario nuevas webs, aunque no siempre funcionan y cuando lo hacen van desesperadamente lentas).

- El GPS: comentar que la localización por GPS en China está por defecto desplazada algo más de medio kilómetro, con lo que usar el Google Map que te has descargado la noche anterior para tratar de orientarte en una ciudad con ayuda del GPS, en este país no es una buena solución. ¿La razón? No me acaba de quedar muy clara. Un friki vasco que nos encontramos en Xian, nos explicó algo así como que era una conspiración judeomasónica de los Chinos contra EE.UU., pero si os digo la verdad, su explicación técnica no la entendí muy bien. Preguntando al amigo Google, hemos encontrado alguna explicación en la línea de que es, lo mismo que con la censura de algunas webs, debido al gobierno Chino.

- Los baños públicos: de todos es sabido que en todo el sudeste asiático (al igual que en otras partes del mundo) se suelen utilizar como retretes unos hermosos agujeros en el suelo con dos plataformas laterales donde apoyar los pies. En China, también te los encuentras así, pero aquí además le dan una vuelta de tuerca más y no es raro encontrarse en las estaciones de trenes o autobuses la versión "canalón corrido" o directamente "sin puerta". En la versión "canalón corrido", como su propio nombre indica, te encuentras con un canalón largo por el que va corriendo el agua, donde pueden hacer sus necesidades varias personas a la vez. Normalmente hay unas paredes laterales (de altura entre el pecho y el tobillo) que delimitan las plazas individuales. En la versión más cutre, por supuesto no hay puertas; aunque la falta de puerta también te la puedes encontrar en los baños de agujero, sin necesidad de que sea un canalón. Estos baños los usan los adultos, porque los niños parece que tienen licencia para regar/abonar la calle en cualquier lugar y momento sin que a nadie le parezca raro. Recuerdo un día comiendo en un local del barrio musulmán de Xian, donde había una niña pequeña, al parecer, la hija de la cocinera. De repente la niña salió a la calle, cruzó la acera, se subió el vestido y se puso a plantar un pino. La madre que la vio, salió detrás con un pañuelo de papel. Cuando terminó la niña, su madre la limpió, dejó el pañuelito coronando la obra de arte que su hija acababa de crear y entró de nuevo a seguir cocinando. ¡Imagináos de cuantos colores se nos puso la cara! ¡No pudimos seguir comiendo!
Baño público masculino en la colina del león, Lijiang. Nótese que aquí el canalón solo lo tienen para deposiciones líquidas (a la izda). Para las sólidas, tenemos el famoso agujero en su versión "sin puerta" (a la dcha).
- Sanas costumbres: en prácticamente cualquier ciudad China es habitual encontrarse los parques públicos llenos de abuelitos practicando estiramientos. Son más comunes a primera hora de la mañana, pero se pueden ver durante todo el día. También es frecuente que en las plazas públicas, cuando cae la tarde, comience a sonar la música y se llene de todo tipo de gente bailando al unísono. Es genial!


- Otras costumbres (:-s): desafortunadamente, no todas las costumbres chinas son tan agradables de presenciarse como los bailes de la tarde. Aquí, pasear por la calle es presenciar de manera casi constante un gargajear estridente seguido de su correspondiente escupitajo. En los restaurantes, además el sorber y el masticar con la boca abierta es la práctica más habitual, así que los "conciertos de ruiditos" es algo con lo que hay que contar cuando se visita China. Otra costumbre suya, a la que tampoco nos acostumbraremos por muchos meses que pasemos aquí, es la de no respetar las filas, colarse delante de tus narices, o simplemente empujarte para entrar o salir de cualquier lugar como si les fuera la vida en ello. Para finalizar, está el tema de la basura. Es una pena ver como en muchos lugares tiran los desperdicios como si no existieran las papeleras. Que se comen/beben algo y vacían el envase, pues allí mismo que lo dejan, una pena la verdad.

Papeleras para residuos reciclables, no reciclables y líquidos (vamos, la escupidera) en el aeropuerto de Kunming.
- Los lugares turísticos: otra de las cosas que menos nos ha gustado es el desorbitado precio que cobran por visitar los parques naturales, monumentos y prácticamente cualquier lugar al que acudan los turistas. De nuestro presupuesto total en China, casi una cuarta parte se nos ha ido en pagar entradas, cuando en otros países suponía entre un cinco y un diez por ciento.

- Los extranjeros: una cosa que nos resultó bastante curiosa es que a los extranjeros no nos permitan comprar divisa que no sea china. Cuando intentamos cambiar yuanes por dólares para preparar nuestro viaje a Myanmar, en el banco no nos dejaban a menos que llevasemos un resguardo de haber cambiado previamente dólares por yuanes. Obviamente no disponíamos de ese recibo, pues todos los yuanes los obtuvimos tirando de tarjeta en los cajeros automáticos. Eso sí, nosotros a Myanmar nos hemos ido con nuestros dólares americanos (allí no tienen cajeros para sacar divisa local, así que hay que ir con metálico). ¿Que cómo conseguimos al final los dólares? Eso mejor os lo contamos en el próximo capítulo ;-)