Nada más salir del aeropuerto, el "efecto sauna" que provocaba el calor húmedo del ambiente nos recordó que habíamos cambiado de país, aunque no fue, ni mucho menos, la única diferencia que notamos respecto a China.
Lo que más nos llamó la atención fue el aspecto de la gente. La mayoría de los hombres aquí visten una especie de falda larga (longyi) y la mayoría de mujeres y niños (aunque también se ve a algún hombre), llevan la cara pintada como con una pasta dorada (thanaka) con distintos niveles de extensión e intensidad.
Pero lo que más destacaría de sus habitantes (y especialmente viniendo de China, como era nuestro caso) es lo risueños que son. Parece gente muy tranquila y desenfadada, siempre dispuesta a ayudar. Y es que, además aquí, prácticamente todo el mundo habla inglés! Lo deben de haber aprendido de la TV por satélite que tienen en los puestos callejeros de comida donde a cualquier hora es fácil ver a gente embobada mirando a la pantalla. Es gracioso, porque estos puestecillos no suelen tener ni techo, ni paredes, pero la pantalla plana de treintaipico pulgadas (cubierta por un tejadillo por si llueve) raramente les falta ;-).
Los vehículos en este país, circulan por la derecha, como en España. Sin embargo, la inmensa mayoría de los coches y autobuses, tienen el volante a la derecha, como si los estuvieran importando directamente de Tailandia, su país vecino, donde se conduce por la izquierda. Tampoco descartamos que sea herencia japonesa, de cuando estuvieron por aquí en la época de la segunda guerra mundial (no me extrañaría nada que los autobuses urbanos fueran de esos tiempos!). La gasolina, asombrosamente, es la más cara que hemos visto en todo el viaje y probablemente en toda nuestra vida: ronda los 4€/L!
Pasear por las calles de Yangon, también es un espectáculo de novedades para nosotros. Lo que más me gustó es que se dediquen a colgar de las paredes de los edificios, plantas de arroz con el grano seco, para atraer y alimentar a los pájaros. Eso hace que siempre haya decenas de ellos revoloteando alrededor. No sabemos con certeza por qué lo hacen, pero empezamos a pensar que sea para cazarlos, pues se ven muchos vendedores ambulantes con jaulas llenas de gorrioncillos y otros pajaritos.
Espigas de arroz |
También cuelgan, de las paredes de sus edificios, largas cuerdas con una pinza en
el extremo. Se ve que las usan para subir objetos livianos, de la calle a casa.
Sin ir más lejos, en un par de ellas, vimos que lo usaban para subir el
periódico ;-)
La calle Mahabandoola de Yangon, con la Sule Paya al fondo |
Por la zona en la que más nos movimos (en los alrededores de la Sule Pagoda),
había cientos de puestecillos de venta callejera, donde se podía encontrar
prácticamente de todo. Abundan los puestos de mandos de televisión y de gafas
graduadas o_O. Pero los mejores sin duda, son los puestos donde preparan y
venden el extraño tabaco de mascar que todos los hombres toman sin parar y que
hace que todos tengan la boca y los dientes rojos. Luego lo escupen al suelo,
así que las calles están llenas de manchas rojas allá donde se mire ;-).
La ciudad de Yangon, no podríamos decir que sea bonita, pero tampoco es tan
espantosa como me imaginaba después de haber leído varios foros y blogs. Las
calles están sucias y con el suelo nada uniforme; los edificios tampoco se ven
precisamente nuevos. Aún así, la ciudad tiene "algo", que no
identifico pero que le da un encanto especial. No hay más que salir a la calle,
caminando sin rumbo y observando alrededor. Se nota que estamos en un país
nuevo, y totalmente diferente a todos los anteriores. Presiento que Burma me va
a gustar! :-D
NOTA: debido a las deficientes conexiones a Internet en este país, es difícil cargar fotos. Actualizaremos los posts con más imágenes tan pronto como nos sea posible.
INFORMACIÓN PRÁCTICA PARA VIAJEROS.
- Transporte: del aeropuerto a la ciudad se puede ir en taxi (10000 kyats) o en el autobús 51 (200 kyats), cuya parada está bastante lejos del aeropuerto. Lo mejor es buscar a alguien para compartir el taxi hasta el centro, y cogerlo, no en el propio aeropuerto, sino en la carretera que pasa enfrente, a dos minutos caminando, pues se puede negociar un precio bastante menor. También se puede ir en taxi a la parada del bus (3000 kyats) y allí coger el autobús urbano.
- Alojamiento: nosotros nos quedamos en el Okinawa Guesthouse, en el número 64 de la calle 32; muy cerquita de la Sule Pagoda. El dormitorio compartido nos salió por 7$/persona. Incluye el desayuno, pero no tiene WiFi (en este país, el WiFi es un bien esacaso, jeje). A mi no me pareció demasiado limpio, pero a Paco le gustó el lugar... cuestión de opiniones.
- Comida: basta con caminar un poco por las calles alrededor de la Sule Pagoda para encontrar muchos puestecillos de comida. Eso sí, por la noche, a partir de las 20:30 ya empieza a ser complicado encontrar a alguno que siga funcionando. Se puede comer por medio euro (500 kyats) y normalmente, te acompañan el plato principal con un tazón de sopa y una "tapa" de ensalada, además de con un termo de té verde caliente para beber.
- Otros: la tasa de cambio oficial en el aeropuerto y los bancos de la ciudad es la misma. El día que llegamos el cambio era 1$ = 860 kyats y 1€ = 1110 kyats. En el mercado negro (continuamente se te acerca gente ofreciendote cambiar dinero) se puede conseguir mejor tasa, pero son tantas las historias de estafas que nos han contado, que preferimos no arriesgarnos. La entrada a la famosísima pagoda Shwedagon Paya cuesta 5$ o 4500 kyats.
NOTA: debido a las deficientes conexiones a Internet en este país, es difícil cargar fotos. Actualizaremos los posts con más imágenes tan pronto como nos sea posible.
INFORMACIÓN PRÁCTICA PARA VIAJEROS.
- Transporte: del aeropuerto a la ciudad se puede ir en taxi (10000 kyats) o en el autobús 51 (200 kyats), cuya parada está bastante lejos del aeropuerto. Lo mejor es buscar a alguien para compartir el taxi hasta el centro, y cogerlo, no en el propio aeropuerto, sino en la carretera que pasa enfrente, a dos minutos caminando, pues se puede negociar un precio bastante menor. También se puede ir en taxi a la parada del bus (3000 kyats) y allí coger el autobús urbano.
- Alojamiento: nosotros nos quedamos en el Okinawa Guesthouse, en el número 64 de la calle 32; muy cerquita de la Sule Pagoda. El dormitorio compartido nos salió por 7$/persona. Incluye el desayuno, pero no tiene WiFi (en este país, el WiFi es un bien esacaso, jeje). A mi no me pareció demasiado limpio, pero a Paco le gustó el lugar... cuestión de opiniones.
- Comida: basta con caminar un poco por las calles alrededor de la Sule Pagoda para encontrar muchos puestecillos de comida. Eso sí, por la noche, a partir de las 20:30 ya empieza a ser complicado encontrar a alguno que siga funcionando. Se puede comer por medio euro (500 kyats) y normalmente, te acompañan el plato principal con un tazón de sopa y una "tapa" de ensalada, además de con un termo de té verde caliente para beber.
- Otros: la tasa de cambio oficial en el aeropuerto y los bancos de la ciudad es la misma. El día que llegamos el cambio era 1$ = 860 kyats y 1€ = 1110 kyats. En el mercado negro (continuamente se te acerca gente ofreciendote cambiar dinero) se puede conseguir mejor tasa, pero son tantas las historias de estafas que nos han contado, que preferimos no arriesgarnos. La entrada a la famosísima pagoda Shwedagon Paya cuesta 5$ o 4500 kyats.
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