lunes, 6 de mayo de 2013

Primeros contactos con Uruguay: Colonia del Sacramento

El día en que crucé a Uruguay, se levantó lloviendo. La niebla no me permitió disfrutar de las vistas de Buenos Aires al abandonar el embarcadero. Al llegar a Colonia fui realmente consciente de que el otoño había llegado y de que llevaba casi un año persiguiendo el verano.

Barrio histórico de Colonia del Sacramento
Mapa de Colonia del Sacramento

Fue una extraña sensación. La temperatura era más baja de lo que me hubiese gustado, y la humedad pronto empezó a treparme por los bajos del pantalón. Las hojas de los árboles empezaban a amarillear y el suelo comenzaba a cubrirse de un manto marrón con aquellas que no habían soportado el azote del viento.



¡Qué día más melancólico! Acorde con mi humor, pensé. Llevaba ya varios días dándole vueltas a la cabeza sobre si realmente estaba preparada para volver a España y retomar mi antigua vida. Pero el ruido de Buenos Aires no me había brindado la ocasión de reflexionar en profundidad sobre el tema. Aquel lugar fue perfecto para ello...



Realmente sólo pasé unas horas en Colonia, prácticamente en su totalidad recorriendo el casco histórico. La tranquilidad del lugar contagió a mis pies, que normalmente se hubiesen movido a gran velocidad. El tiempo parecía haberse detenido. Y yo sentía la necesidad de pararme a cada paso para poder saborear despacio cada rincón de la ciudad.



Desde el puerto caminé todo Odriozola hasta el Portón de Campo. Me senté un rato a mirar el mar antes de cruzar la muralla. Esto que veo ¿será ya el mar o será aún el río? Era el río de la Plata y se veía muy turbio y agitado. Decidí seguir por la ribera. Vi los bastiones de San Miguel, San Pedro y Santa Rita. Caminé hasta el final del embarcadero del Club Yatching y Pesca y allí me senté de nuevo a observar las embarcaciones y a los paseantes del lugar. Me dio por escribir. Sin darme cuenta, habían pasado dos horas y seguía sumida en el mismo estado melancólico con el que había comenzado el día. Comenzó a chispear de nuevo. Levanté campamento y me dirigí al muelle 1866 antes de adentrarme de una vez por todas en las callejuelas del barrio histórico.



El movimiento me vino bien para salir de esa especie de aletargamiento que me acompañaba. Cambié el chip y me puse en "turist mode", dispuesta a recorrer los principales lugares de interés. Pasé por delante de algunos museos, pero a pesar del mal tiempo, no me apeteció entrar. Sí lo hice en la basílica del Santísimo Sacramento. Visité las plazas y algún edificio histórico. Finalmente subí al faro.


¡Qué bonitas vistas! ¡Ojalá pudiera seguir disfrutando de lugares así durante algún tiempo más! ¡Si a mí en el fondo (y en la superficie) lo que me gusta es viajar!...

Desde lo alto del faro


INFORMACIÓN PRÁCTICA PARA VIAJEROS

- TRANSPORTE

Desde Buenos Aires a colonia se puede ir en ferry. La principal empresa es BuqueBus, aunque tiene su filial "low cost" SeaCat. Hay ferries rápidos (1h de tayecto) o buques lentos (3h de trayecto) y lo mejor es preguntar por alguna oferta o promoción.

Terminal de BuqueBús en Buenos Aires

 Yo la ida la hice con BuqueBus a la 8:45 de la mañana (hay que estar 45 min antes para que dé tiempo a hacer los trámites de migraciones). Pagué 392 pesos argentinos y tardó 1h.

La vuelta la hice días más tarde con SeaCat a las 20:30 de la tarde (hay que estar al menos 45 min antes para los trámites de migraciones). Pagué 560 pesos uruguayos y tardó 1h.

- ALOJAMIENTO

No hice noche en Colonia.

- COMIDA

Hice picnic en el embarcadero del Club Yatching. ¡Qué paz y tranquilidad!.

- OTROS

La visita al faro cuesta 20 pesos uruguayos o 12 pesos argentinos.

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