Panorámica de la ciudad de Sucre |
Fue en la ciudad de Sucre donde decidí tratar mi dolor de espalda. Y el remedio acabó siendo peor que la enfermedad :-s. Acudí al hospital que me indicó el seguro donde me atendieron muy amablemente. Entre el tratamiento pautado, se encontraba la inyección de un relajante muscular junto con otras dos cosas más. La enfermera me puso las tres inyecciones en una y abandoné la enfermería. Hasta ahí, todo correcto.
Fue entonces cuando empecé a sentir un leve mareo. Busqué una silla en la sala de espera y me senté a esperar a que se me pasara. Pero en lugar de eso, comencé a sentir que se me iba la cabeza... se me va... se me va... se me fue... y ¡ZASCA! ¡De narices contra el suelo!
Lo siguiente que recuerdo es un gran revuelo a mi alrededor y que me subían a una camilla mientras me miraban las pupilas y me tomaban el pulso. Alguien avisó a Diana, que se encontraba en el otro extremo de la sala pensando "que se había caído un viejo" (no, si ya lo decía yo en Tupiza, jeje). Y las siguientes dos horas nos las pasamos en "observación" jugando al parchís y cambiándome el hielo de la cara cada quince minutos. Salí del hospital ¡guapísima de la muerte! Jajaja. Eso sí, el dolor de espalda, a partir de aquel día comenzó a remitir hasta que acabó desapareciendo por completo al tercer o cuarto día :-D.
Nota: seguramente estéis esperando una foto de cómo acabó mi cara (¿o no?), pero me muero de vergüenza de publicarla en el blog, así que me vais a perdonar que no lo haga, jeje. Para el que se muera de curiosidad, tenéis una en mi facebook ;-)
Anécdotas aparte, Sucre fue una ciudad que sin llegar a tener nada espectacular me gustó callejear. Estuvimos varios días en ella, aunque uno de ellos lo utilizó Diana para ir y volver a Potosí y poder visitar las minas del Cerro Rico.
Plaza 25 de Mayo |
La Corte Suprema |
¿Os resulta familiar? ;-) |
Durante el tiempo que pasamos juntas, visitamos el Museo Casa de la Libertad, donde aprendimos mucho sobre la historia de Bolivia y en concreto sobre la propia ciudad. Muy recomendable. Visitamos también el Museo Etnográfico con su enorme colección de máscaras y disfrutamos de una feria que habían montado en la plaza 25 de Mayo con motivo del día del niño.
Feria de salud para las niñas y niños de Chuquisaca |
También en Sucre vivimos una protesta estudiantil que había acampado junto a la plaza y se acompañaba de una huelga de hambre. No fue la única protesta que presenciamos. Las calles también estaban llenas de basura por un tema relacionado con el transporte de la misma. En Bolivia, cuando algo no nos gusta, salimos siempre a la calle. ¡Nos encantan los bloqueos y las manifestaciones!. Nos decía un chico Boliviano unos días más tarde. Y efectivamente pudimos comprobarlo en repetidas ocasiones durante nuestro viaje por este país: el bloqueo de Oruro, el de Copacabana, y en nuestro siguiente destino, la manifestación de comerciantes de Cochabamba.
Protesta de los estudiantes en Sucre. |
INFORMACIÓN PRÁCTICA PARA VIAJEROS
- TRANSPORTE
Desde Tupiza a Sucre hay varias compañías que viajan por el día (9:30, 10:00, 11:00,...) o por la noche (20:00, 21:30), directos o con cambio de bus en Potosí. Si se hace directo, cuesta Bs.40 y tarda 8:30h. Si se hace con escala en Potosí cuesta Bs.25 el primer tramo y Bs.15 el segundo, tardando unas 5:30h y 3:30h respectivamente sumándole el tiempo de escala. La tasa por el uso del terminal en Tupiza es de Bs.2 por persona y en Potosí igual.
Para ir de la terminal de buses de Sucre al centro (mercado) se pueden tomar los micros A o 3 (Bs.1,5/per), o un taxi (Bs.5/per).
- ALOJAMIENTO
En Sucre nos hospedamos en el Hostal Amigo (c/ Colón, 125) pagando Bs.40 por persona en habitación doble con baño compartido y agua caliente 24h. Incluye desayuno y tiene cocina. Con WiFi. Digamos que la limpieza no era uno de sus puntos fuertes.
- COMIDA
Como en cualquier ciudad de Bolivia, en el mercado se puede comer un buen menú por unos Bs.10. Además en los alrededores de la plaza por las noches se montan puestecillos de comida rápida (pizzas, hamburguesas, pollo frito). En la esquina de Colón con Bustillos hay un local que solo abre por la tarde-noche y vende también hamburguesas y bocadillos a buen precio. En la calle Pérez hay un supermercado por si se quiere comprar y cocinar en el hostal.
- OTROS
El Museo Casa de la Libertad (frente a la plaza 25 de Mayo) cuesta Bs.15 para extranjeros y Bs.10 más si se quieren sacar fotos (Bs.20 para videos).
El Museo Nacional de Etnografía y Folklore MUSEF (calle España a media cuadra de la plaza 25 de Mayo) tiene entrada gratuíta.
Junto al hostal en la calle Colón y también en la calle Bustillos hay lavanderías a Bs.8/kg de ropa. La de la calle bustillos ("la americana") deja muy bien la ropa y entregan en el día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario