martes, 2 de abril de 2013

Saltaaaaa, salta conmigo, digo Saltaaa...

Tras la paliza del camión, llegamos a Salta donde rápidamente nos invadió una grata sensación de estar "de vacaciones".
El clima de la ciudad, mucho más cálido que el de las alturas andinas de la última semana, unido al ambientillo que se respiraba en toda la ciudad, nos trasladaron momentáneamente a Europa. Esta ciudad es lo más parecido a nuestro continente de lo que llevo recorrido en Sudamérica. Se nota en cada calle, plaza, edificio, parque y sobre todo terraza. Incluso el aspecto de la gente se nota más europeo. ¡Y qué decir de los argentinos! Ya me enamoraron durante el viaje por Asia (¡un beso enorme para mis hermanas favoritas!), así que una vez aquí no me sorprendió su carácter tan abierto y amable.

Iglesia de San Francisco, Salta.
En una terraza de Salta con un tiempo de lo más primaveral.

Y es aquí cuando os presento a nuestro anfitrion: Octavio. Salteño de Salta (como las empanadas) y gran amante de los viajes. De su mano pudimos disfrutar de la mejor gastronomía e introducirnos en algunas de las costumbres argentinas que más ganas tenía de conocer (¡al fin probé el fernet y el mate!). Eso sin olvidar la fiesta... quien visite Salta, no debería de perderse dar una vuelta por su popular calle Balcarce.

Octavio y Diana saboreando unas salteñas.

También tuvimos tiempo para el turismo cultural, visitando el museo arqueológico de alta montaña (MAAM). A decir verdad, su nombre no me sonaba demasiado atractivo, pero gracias a la recomendación de la mamá de Octavio, acabamos yendo a verlo. ¡Y me encantó!. Una no se imagina la cantidad de sacrificios humanos que se pueden llegar a encontrar en las cimas de montañas y volcanes. Y es realmente impresionante conocer toda la historia sobre los niños que se encontraron a más de 6000 metros de altura en el volcán Llullaillaco, y que gracias a las condiciones de frío, hipoxia y asepsia han aguantado en perfecto estado de conservación durante más de 500 años. No hay foto que valga (están prohibidas, por cierto); este museo es un must que no os deberíais perder.

Nota: me vais a disculpar que "perdiera" mi cámara con todas las fotos de Argentina :'(. Las de esta entrada y las posteriores son gentileza de Diana. ¡Gracias, amiga!





INFORMACIÓN PRÁCTICA PARA VIAJEROS



- TRANSPORTE

El trayecto San Pedro de Atacama a Güemes lo hicimos en autostop. No obstante, hay un bus diario que sale sobre las 9:00 de la mañana y tarda unas 11h.

Desde Güemes a Salta, el bus nos costó 15 pesos argentinos y tardó unos 40-45 minutos. Viajamos con La Veloz del Norte.

Para moverse dentro de Salta hay colectivos que cuestan 2,5 pesos y es obligatorio pagar con monedas (a menos que tengas la tarjeta y la vayas recargando).


- ALOJAMIENTO

Nos alojamos en casa de Octavio, al que contactamos a través de couchsurfing. La estancia fue perfecta. Imposible pedir más :-)


- COMIDA

Al estar en casa de Octavio y tener cocina, hicimos varias comidas en casa.
También fuimos un día al Patio de la Empanada, donde probamos las famosas empanadas salteñas y las humitas dulces y saladas. ¡Muy recomendable!

El Patio de la empanada.
Las grandes estrellas del patio: las empanadas salteñas


- OTROS

La entrada para extranjeros al Museo Arqueológico de Alta Montaña (MAAM) cuesta 40 pesos (con carnet de estudiante es 10 pesos).

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