martes, 25 de diciembre de 2012

Isla de Panay II: ¿Navidades en Iloilo?

Como ya he mencionado anteriormente, Filipinas fue colonia española en el pasado, y una de las consecuencias de aquella época colonial ha sido que la religión mayoritaria en este país sea la Católica. De modo que ¡aquí celebran la Navidad! :-).

En nuestra casa, la Navidad, y más concretamente la Nochebuena, la pasamos siempre en familia. Eso quiere decir que nos juntamos todos (hermanos, padres, primos y tíos) en casa de nuestros abuelitos (¡un beso enorme para ellos! Elvira, no te olvides de leerles ésto). En total solemos rondar las treinta personas durante la cena, que normalmente va seguida de la entrega de regalos del "amigo invisible".

Ya que este invierno nos íbamos a perder la única reunión familiar del año, y que en este país nadie falta a esta celebración, decidimos que nos teníamos que "buscar" una familia postiza para la noche del 24 de Diciembre, jeje. En Kalibo conocimos a una con la que nos hubiese encantado pasarla, pero aún faltaba una semana para esa noche y no queríamos estar tanto tiempo en esa ciudad. Hicimos cálculos, y concluímos que para esa fecha estaríamos en Iloilo. Así que decidimos tirar de couchsurfing.
 
Contactamos así con un chico Filipino que accedió a alojarnos en su casa por dos días y tres noches, incluyendo la del 24 de Diciembre. Y con toda nuestra ilusión, nos encaminamos a Iloilo.

Una vez allí, el chico nos pareció una persona simpática y agradable. Nos enseñó el municipio donde vivía (Cabatuan, a 20 min en jeepney de Iloilo) y nos llevó al restaurante que allí tiene su familia. Estuvimos charlando largo y tendido. Bebiendo cervezas y comiendo ostras. Como ese día habíamos llegado tarde, decidimos postponer nuestra visita a Iloilo para el día siguiente y nos fuimos todos a dormir. No sin antes pasar por caja, donde ¡oh, sorpresa! nuestro hospitalario anfitrión nos incluyó todas sus consumiciones en la cuenta (que no fueron pocas). En cualquier otra circunstancia, nos habría parecido normal, al fin y al cabo nos está alojando en su casa. Pero tratándose de su restaurante, donde habitualmente no abona sus consumiciones, nos pareció un detalle un poco feo. Por supuesto pagamos sin rechistar y decidimos no darle mayor importancia. Disfrutemos de lo que hemos venido a hacer aquí - pensamos - mezclarnos con la gente local.

Al día siguiente, nuestro anfitrión nos propuso ir a pasar el día a la isla de Guimaras, a quince minutos en barco desde Iloilo. Cuando llegamos al Puerto nos dijo que no llevaba metálico, que si podíamos pagarle sus gastos. Of course! De todos modos, pensábamos invitarle. Contratamos un triciclo con conductor por todo el día (derroche no apto para mochileros), y nos dedicamos a recorrer la isla. Ésta tiene que ser muy bonita, aunque el tour que nos hizo nuestro anfitrión nos dejó con la sensación de no haber visto apenas nada. Sólo el faro de Dolores y la playa que yace a sus pies se salvaron. Porque lo que es el resto... nos llevó a la "smallest plaza" (con el nombre lo dice todo, no hay mucho que ver allí), a un museo que estaba cerrado, a un montón de tiendas de souvenirs (aquí es cuando empezamos a sospechar que nuestro nuevo amigo era un "comisionista" encubierto) y a un resort donde te cobraban entrada para "disfrutar" de un trocito de playa minúsculo, horrible y megamasificado. ¡Será por playas! Las hay a patadas en toda la isla, mil veces mejores que ésta, sin gente y gratuitas (aquí fue cuando nos convencimos de que estaba sacando tajada de todo el sin sentido de tour que estábamos haciendo).

Y lo terminamos de confirmar cuando una ancianita que vendía agua, le dijo a nuestro amigo que cada botella costaba "seis" (recordad que aquí usan los números en español, vestigio de la época colonial) y tras contestarle algo nuestro amigo en su idioma, se dirigió a nosotros pidiéndonos "ten each".

Nosotros posando en la "smallest plaza"

Curiosidades de lo que se podía encontrar en alguna de las tiendas de souvenirs

el viejo faro de Dolores

interior del viejo faro
A media tarde cruzamos de vuelta a Iloilo, donde nos íbamos a reunir con varios amigos de nuestros anfitrión, pero no se presentó ninguno. Fuimos a cenar y después a ver el ambiente nocturno, hasta que al final regresamos a casa. Por supuesto, fuimos pagando tanto nuestros gastos, como los de nuestro guía, que no tenía metálico ni para pagarse el jeepney (7 php, equivalente a 0,13 €). Eso sí, para pararse a comprar tabaco nunca le faltó...

playa junto al faro. Esta sí nos gustó :-) (la del resort era tan cutre que no hicimos ni fotos)
Ya habíamos decidido que al día siguiente nos marcharíamos, cuando esa noche antes de dormir, nuestro anfitrión nos propuso un plan para el día siguiente. Podíamos madrugar y hacer una pequeña caminata hasta una granja cercana, elegir allí un pollo, que nos lo mataran y luego nosotros hacerlo a la parrilla para comérnoslo. El plan sonaba bastante bien. Comenzamos a dudar...

¿Y si le damos otra oportunidad y nos quedamos?... aunque éste es capaz de volvernosla a liar... ¿y por la noche qué? Mañana es 24, y en ningún momento ha mencionado que vaya a celebrar la Nochebuena en familia y mucho menos que vayamos a estar invitados... ¡manda narices que con toda la buena gente que nos hemos encontrado en una semana en Filipinas, hayamos ido a dar con el único "pieza" precisamente con couchsurfing y por Navidad!... si es que ¡nos lo tenemos merecido!, por idiotas... nos tendríamos que haber quedado en Kalibo, con aquella familia tan encantadora... en fin...

Debatimos durante unos minutos y al final concluímos que como no hay dos sin tres, y mejor estar sólos que mal acompañados, al día siguiente cogeríamos los bártulos y cruzaríamos a la isla de Negros. Y eso hicimos. No sin antes vivir una última "extravagancia": cuando nos estábamos despidiendo, nuestro querido amigo nos pidió amablemente si podía quedarse una fotocopia de nuestro pasaporte (para ponerlos en un cuadro, dijo ¿? o_0). ¿Perdona? ¡Claro que no! ¡Ese documento es muy personal!. Mira que no me gusta desconfiar de la gente, pero después de lo visto, ¿qué podría esperar sabiendo que llevaba un negocio de compra-venta online?

El caso es que nos levantamos muy temprano ese día y tras dos jeepneys, un ferry, otro jeepney y un autobús, llegamos ya oscureciendo, a la ciudad de Dumaguete. Y fue allí donde pasamos la Nochebuena. Los dos sólos (bueno, con nuestro amigo San Miguel pilsen), sentados en un restaurante "bien" y descojonándonos de la risa al rememorar los "grandes momentos" de los últimos dos días.

¡¡¡Feliz Navidad a todos!!! (Museo Hofileña, Silay city :-p)

INFORMACIÓN PRÁCTICA PARA VIAJEROS

- Transporte: entre San Jose e Iloilo hay autobuses cada 20 minutos (Ceres bus line) que tardan unas 2h30'-3h y cuestan 90 php. Los jeepneys en Iloilo cuestan a partir de 7 php dependiendo de la distancia. El barco a Guimaras cuesta 14 php por trayecto.

- Alojamiento: hicimos couchsurfing y nos quedamos en casa de Gerry, en Cabatuan (al norte de Iloilo).

- Comida: las ostras que sirven en "Samurai tabalahan" (al otro lado de Smallville) están para chuparse los dedos. El menú en este sitio es amplio y variado. Precio medio.
En Guimaras, hay un lugar donde te sirven pizza de mango y que recomiendo probar (los mangos de Guimaras son famosos por ser considerados los más dulces de Filipinas). No me apunté el nombre ni la localización, pero todo el mundo lo conoce, basta con preguntarle a algún local.
Foto 2590.- Pizza de mango ;-)

- Otros: el alquiler de un triciclo durante todo el día con conductor en Guimaras nos salió por 900 PHP. No negociamos el precio pues confiamos en nuestro "guía", pero estamos convencidos de que se puede sacar por bastante menos precio; o en su defecto, moverse por la isla en jeepneys, que sale muchísimo más barato :-s

No hay comentarios:

Publicar un comentario